Impulsada por la creciente demanda de calidad y una cultura emergente que aprecia los cafés de altura, la industria cafetalera hondureña inició una nueva apuesta comercial en la que los cafés que antes se destinaban principalmente a la exportación ahora están en las tazas de los consumidores locales.
La estrategia de comercializar localmente cafés que antes solo se exportaban surge como una respuesta ante la caída del 10% de las exportaciones de café hondureño.
Carlos Murillo, viceministro de caficultura de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), subrayó que “Honduras ha experimentado un aumento notable en la tendencia de consumo de café de calidad en los últimos cinco años”.
“El café exportable ha ganado terreno en el mercado nacional, relegando el consumo de café de baja calidad. Esta tendencia se refleja en el descenso del consumo de café torrefacto y en el aumento de la demanda de cafés de alta calidad tanto en áreas urbanas como rurales”, explicó el funcionario.
La proliferación de cafeterías y negocios dedicados a la comercialización de café tostado y empacado es un testimonio de esta tendencia en alza. Actualmente, según datos proporcionados por la Subsecretaría de Café, existen alrededor de 713 marcas de café en el mercado interno, muchas de las cuales están ingresando a las cadenas de supermercados a nivel nacional.
Por otro lado, Lisandro Padilla, gerente propietario de Seis Montañas Café, una marca producida con cafés de Ocotepeque a una altura de 1,800 metros sobre el nivel del mar, relató que “queremos que nuestros compatriotas disfruten de la misma calidad de café que normalmente se exporta. Es por eso que estamos implementando un proceso completo de trazabilidad, desde la producción primaria hasta el procesamiento y la distribución, para asegurar que nuestros cafés lleguen a la mesa de los consumidores finales con la máxima frescura y calidad”.
Según Padilla, el consumo de café en el mercado nacional aumentó, representando aproximadamente un 26.9% de la producción nacional, lo que equivale a 2.4 millones de libras mensuales.
Este cambio no solo impulsa la economía local, sino que también contribuye al fortalecimiento del sector cafetalero en Honduras.
Se estima que hay unos 750,000 sacos como excedente de la producción, lo que ofrece una oportunidad adicional para satisfacer la creciente demanda interna.