El embajador de Estados Unidos en Honduras, Charles Ford, recibió con prudencia el anuncio de la licitación de combustiobles anunciada el miércoles por el Gobierno, y manifestó que deberá esperar para ver cuáles son los beneficios que traerá el proceso.
“El Gobierno está tratando de cambiar las reglas de juego en términos de importación de petróleo y las complicaciones radican en cómo hacer eso sin dañar las relaciones existentes. Para nosotros será muy interesante ver cómo el Gobierno manda a cortar las importaciones de las compañías existentes y cómo hará con los contratos que se tienen a seis y nueve meses.
Luego del anuncio del miércoles tengo más preguntas que antes y estamos siguiendo este proceso a su conclusión. Las licitaciones se hacen en países que tienen empresas petroleras estatales y aquí, como no las hay, tendrán que irse dando situaciones acerca de almacenamiento y otras cosas.
Tendremos que esperar también para ver los beneficios, porque no están claros los números”.
Falta el búnker
Otro de los aspectos que llama la atención de la licitación anunciada es que si bien la adjudicación pública internacional de las gasolinas regular y superior y el diésel supone un impacto positivo para el bolsillo de los hondureños, aún falta por realizar la licitación del búnker, combustible que supone el 40 por ciento de la factura petrolera de Honduras.
Al analizar con detenimiento se descubre que falta licitar el principal producto de esa factura, cada año Honduras maneja cerca de 17 millones de barriles de carburantes y el 60 por ciento corresponde al tipo de combustibles licitados.
En otras palabras, falta licitar la mayor parte del combustible que se consume en el país e impacta en temas tan neurálgicos como la producción de energía eléctrica.
El consultor encargado del proceso, Robert Meyering, señaló ayer que el búnker quedó fuera de la licitación aprobada por el Gobierno el miércoles pasado debido a la poca colaboración de las empresas generadoras.
“Hubo varios factores, varias empresas generadoras no cooperaron presentando la información cuando se les requería. Además, cambiaron especificaciones de los productos a licitar, por ello no podíamos incluir al búnker, ya que una licitación adjudicada con información inadecuada es riesgosa para el Estado.
Además, la falta de información confiable impedía calcular los ahorros”, señaló Meyering.
Sobre los combustibles tipo jet, el consultor señaló que no fueron incluidos en la licitación aprobada ya que las ofertas no suponían mayores cambios.
“Son cantidades muy pequeñas que en vez de generar un ahorro mayor, hubieran incrementado en 1.5 millones de dólares al total ofertado por las empresas”.
El experto destacó que ya se trabaja en procesos para buscar rebajas en esos productos.
“El Gobierno estudia lo que hará y hay alternativas para lograr un cambio”, aseguró.
No habrá demandas
Ayer, al referirse a la licitación de las gasolinas regular y súper y el diésel adjudicada por el Gobierno a la empresa estadounidense Conocco Phillips, el presidente de Dippsa, Henry Arévalo, descartó interponer un recurso de amparo en las instancias judiciales de no fructificar una solicitud de revisión hecha al presidente José Manuel Zelaya.
“Ha sido una licitación muy transparente y limpia”, afirmó.
La solicitud hecha por Arévalo al mandatario consiste en la revisión de la oferta presentada por la petrolera Trafigura, leída el 15 de noviembre, en contraposición a la formulada por Conocco Phillips.
“Posiblemente hay un error de dedo y no analizaron a profundidad nuestra oferta, porque brindamos 60 días para la cancelación de la factura petrolera, equivalente a 75 millones de dólares en un año, lo cual tiene un costo financiero y debe incluirse”, dijo.
Para el empresario, el Gobierno dejará de percibir 60 millones de lempiras al mes al no tomar en cuenta esa propuesta. Arévalo estimó que la oferta de Trafigura permitiría un ahorro estimado de cuatro lempiras para las gasolinas y el diésel.
Dippsa pidió también tener acceso y estudiar con los técnicos la oferta brindada por Conocco Phillips.
La firma estadounidense ofertó un descuento de 4.22 lempiras para el galón de la gasolina superior; 3.22 para la gasolina regular y 2.21 para el diésel. El Gobierno estima por ese concepto un ahorro total de 51.99 millones de dólares, 988.8 millones de lempiras en un año.
Se espera que los ejecutivos de Trafigura y el Gobierno se reunan hoy para iniciar la revisión de las ofertas. “Espero que me favorezca ese proceso porque soy un hombre de fe y firme en sus convicciones”, dijo Arévalo.
La respuesta
El asesor extranjero del Gobierno, Robert Meyering, manifestó que Arévalo tiene el derecho a solicitar una revisión, pero está seguro de que al final de la evaluación se tendrá el resultado ya conocido; las gasolinas y el diésel se adjudicarán a Conocco Phillips y el suministro de Gas Licuado de Petróleo, LPG, se otorgará a Gas del Caribe.
“El señor Arévalo dice muchas cosas y a veces se confunde él mismo. Sabe cosas que nadie sabe, pero no tiene fundamento”.
Meyering señaló que si bien la diferencia en la ofertas no fue extrema, diversos aspectos evaluados por las comisiones y subcomisión sí significaron una disparidad.

El embajador Charles Ford reaccionó con reserva al anuncio de la licitación hecho por el Gobierno.
dólares, mientras que la que quedó en segundo lugar, hecha por Trafigura y Dreyfus, supone un ahorro de 50.6 millones de dólares al año. La tercera oferta, hecha por Trafigura, originaba un ahorro de 48.5 millones”.
Almacenaje
Arévalo dijo que negociarán el almacenaje de los combustibles con la empresa ganadora de la licitación y Dippsa se encargará de descargar los combustibles de los barcos, almacenarlos y distribuirlos en todo el país.
“Hablaremos de ese tema cuando sea el momento oportuno”, dijo.
Según el empresario, Dippsa cobra cuatro centavos de dólar por recibir, depositar y despachar cada galón de combustible a las estaciones de servicio.
Dippsa, además, está dispuesta a ofertar por el suministro del búnker para generar energía mediante las plantas térmicas. Esa licitación, talvez, es la parte más importante del proceso por el impacto que representaría para Honduras.
¿Qué viene después de la licitación?
El Gobierno está de plácemes ya que, después de mucha controversia, se llegó a un punto crucial en lo que atañe a la licitación de los derivados del petróleo, que se adquirirán a través de una licitación y que llegarán a manos del público a un precio más bajo que el que se ha venido pagando hasta la fecha.
Como suele suceder en circunstancias parecidas, se han lanzado las campanas al vuelo, se ha elogiado hasta la fatiga al Presidente de la República y se ha insistido en que el proceso fue un éxito.
Cuando todo esto comenzó, se dijo que el galón de gasolina bajaría en diez lempiras. Los datos ofrecidos por los voceros oficiosos de la administración afirman que la rebaja será de cuatro lempiras por galón. Si creemos en los números, se obtuvo el 40% de lo que se buscaba.
Aún queda pendiente la parte de la licitación que tiene que ver con el búnker y con el gas común. Esta última es importante, pues la electricidad que se genera con hidrocarburos sigue siendo la mayoría de lo que el país consume, y las plantas térmicas no sólo venden muy cara la electricidad sino que producen una severa contaminación ambiental, que debe ser neutralizada en aras del bien común.
Con respecto al futuro de la comercialización de los combustibles, que fuera otorgada a la empresa de Oklahoma, EE UU, Conoco Phillips, hay varias interrogantes que claman respuesta.
Una de ellas es, y quizás la más espinosa, es ¿qué sucederá en el mundo real si mañana se prohíbe a las petroleras tradicionales: Esso, Texaco y Shell importar directamente? Nuestro país es signatario del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y las citadas firmas están en su derecho si deciden pedir la protección del estado norteamericano.
La administración ha dicho que los combustibles se han manejado con criterios oligopólicos. Eso es verdad. Pero si a partir de este proceso nadie puede importar, excepto la autoridad creada por el gobierno, ya no habrá oligopolio sino un monopolio estatal, o sea lo contrario de lo que se busca resolver.
No está claro aún cómo se almacenarán los derivados del crudo. Ni se sabe cuál será la posición del ganador del contrato frente a tradicionales proveedores que son de misma nacionalidad y, por ende, están sujetas en EE UU a las mismas normas, incluida la Ley Sherman Antitrust, que prohíbe y pena con severidad las prácticas monopólicas.
En adición al TLC con Estados Unidos están las Normas de la Organización Mundial de Comercio, OMC, que también proscriben la discriminación de unos agentes económicos en beneficio de otros.
Y, como corolario de todo ello, Honduras cuenta con los fondos del plan conocido como Desafío del Milenio, pagado por Tío Sam, con los recursos de apoyo a nuestro país en el Banco Mundial, también otorgados por Washington, y con los beneficios arancelarios que podrían suspenderse si se impide a las petroleras tradicionales importar sus productos.
Hay varios asuntos de fondo que deben ser esclarecidos en el cercano futuro. Es vital que se defina si es posible armonizar el contrato de Conoco Phillips con los intereses de las otras compañías establecidas y las leyes que se derivan de los compromisos internacionales que poseen fuerza de ley por haber sido ratificados en el Congreso Nacional.
En el mediano plazo, es importante generar algún tipo de competencia interna ya que la experiencia enseña que cuando todo está centralmente controlado, las empresas se tornan improductivas y la economía tiende a languidecer.
Y todo esto debe articularse sin permitir que la Oficina creada por el gobierno para manejar el proceso se convierta en un elefante blanco, al estilo de la ENEE u Hondutel, cuyo desmoronamiento está a la vista de todos.
Los quince minutos de fama están en auge. El líder del país se desplaza en olor de multitudes. Pero cuando se aplaque el polvo, los asuntos pendientes emergerán exigiendo respuestas inteligentes y efectivas.
Es nuestra esperanza que tanto el gobierno como la sociedad se unan para responder. Y que lo hagamos sensata y productivamente.
Las claves según Meyering
1. Desabastecimiento
“Poco probable, ya que la empresa ganadora de la licitación es una compañía de renombre que tiene diversas fuentes de abastecimiento. Es autosuficiente e incluso maneja sus propias refinerías. Además, en casos extremos, puede realizar intercambios de productos con otras empresas. Además, si se retrasa en el abastecimiento, el costo de esos retrasos será asumido por ella, lo cual no le conviene y la obliga a estar al día, alejando el peligro de desabastecimiento para el país”.
2. Las multinacionales
“Es poco probable que ellos dejen de operar en Honduras porque tienen inversiones que generan ganancias. Tampoco les conviene vender porque con ello perderían el manejo del 40 por ciento del mercado nacional, pues sus negocios no valen lo mismo generando ganancias que perdiendo. Si no participan con sus terminales de almacenamiento, perderían unos 1,2 centavos de dolar por galón, equivalente a unos 12 millones de dólares al año y si cierran las gasolineras, perderían unos 25 millones”.
3. Almacenamiento
“Es un tema que se debe negociar todavía. El Estado tiene un contrato con la empresa Dippsa, el cual señala en una de sus cláusulas que en una emergencia como la actual es posible utilizar su terminal para el almacenamiento de los combustibles. Lo que se debe ver es cómo se hará uso de esa terminal en base al contrato que se tiene”.
4. Los ahorros
“Es un tema que se debe negociar todavía. El Estado tiene un contrato con la empresa Dippsa, el cual señala en una de sus cláusulas que en una emergencia como la actual es posible utilizar su terminal para el almacenamiento de los combustibles. Lo que se debe ver es cómo se hará uso de esa terminal en base al contrato que se tiene”. “Es un tema que se debe negociar todavía. El Estado tiene un contrato con la empresa Dippsa, el cual señala en una de sus cláusulas que en una emergencia como la actual es posible utilizar su terminal para el almacenamiento de los combustibles. Lo que se debe ver es cómo se hará uso de esa terminal en base al contrato que se tiene”.
5. Los detallistas
“Si las multinacionales actuales impiden a sus detallistas el uso de las terminales, el Gobierno puede asumir la situación como un boicot y lograr que los detallistas puedan usar las estaciones, pues no es lógico que no lo hagan por capricho”.
6. Lo que viene
“Ahora falta ver si los estudios que se han realizado y los números obtenidos pueden ser trasladados a la realidad. Aunque hemos pasado la mayor parte del proceso, aún falta lo principal, la obtención de los resultados”.

Meyering.