A pesar de haber recibido una oferta de un millón de dólares, una anciana de 86 años se negó a mudarse de su casa para abrir paso a un complejo comercial que ha marcado el fin del vecindario.
Edith Macefield decidió quedarse en su casa de 106 años, donde ha vivido desde 1966. 'No quiero mudarme. No necesito el dinero. El dinero no significa nada para mí', dijo recientemente. Su decisión ha obligado a los contratistas a construir el proyecto de cinco pisos alrededor de la casa, la última de su cuadra.
Cerca, no obstante, hay un restaurante que tampoco se va a mudar. Camiones de cemento y grava se circulan a cada momento.
