Livingston, Houston, Texas. Las horas pasan y la angustia crece para Heliberto Chi, quien ayer recibió palabras de aliento de los funcionarios de la Cancillería, quienes le manifestaron que han hecho todos los esfuerzos para salvarle la vida. Su ejecución por inyección letal está prevista para este miércoles 3 de octubre.
Mientras eso ocurre, aumenta la expectativa de que su ejecución podría ser suspendida, tras el debate en la Corte Suprema de Estados Unidos sobre la crueldad de este método que atenta contra lo establecido en la Constitución de ese país.
La comitiva, presidida por el embajador de Honduras en Washington, Roberto Flores Bermúdez, gestionó desde semanas atrás con las autoridades carcelarias la autorización para dialogar con el infortunado joven. En la delegación participaron como integrantes, además del embajador, el director de Asuntos Consulares de Relaciones Exteriores, Ramón Valladares Reina, la cónsul de Honduras en Houston, Lastenia Pineda, y los asesores de Cancillería, Juan Alberto Lara Bueso y Carolina Pineda. Éstos llegaron al recinto carcelario cerca de las 5.00 pm para iniciar la entrevista media hora más tarde.
Chi fue condenado por el asesinato de Armand Paliotta, 56, ocurrido en 2001 durante el robo a una tienda de ropa Arlington, en Fort Worth.
Esperanzas
La agencia AP informó ayer que la decisión de la Corte Suprema federal de suspender la ejecución de un reo después de que los jueces accedieran a analizar la legalidad del uso de las inyecciones letales podría significar una interrupción en las ejecuciones en Texas.
La corte aplazó la ejecución de Carlton Turner la noche del jueves, luego de que sus abogados señalaran las similitudes entre su caso y el de dos condenados en Kentucky, cuyos defensores legales dicen que el proceso de inyección letal es cruel a niveles anticonstitucionales. 'Creo que nos encontramos camino a una moratoria, al menos en tanto la Corte Suprema falla sobre el caso en Kentucky', dijo Jordan Steiker, profesor de derecho en la Universidad de Texas. 'Creo que ahora parece bastante claro que con seguridad tendremos una moratoria en las ejecuciones durante al menos nueve meses, quizás un año, hasta que la corte emita una opinión y nos dé una guía definitiva', agregó.
Análisis
Krista Moody, vocera del gobernador Rick Perry, dijo el viernes que éste todavía considera las ejecuciones como aceptables de acuerdo con las leyes de Texas. Sin embargo, ella remitió a la fiscalía del estado las preguntas sobre el efecto de la apelación respecto a futuras ejecuciones. La fiscalía no ha hecho comentarios al respecto.
'Éste es un caso para las cortes. No es nuestro papel; todo está en manos de ellas ahora', dijo Moody. El procedimiento de ejecución en Texas es casi el mismo que en Kentucky. Se emplean tres compuestos, un sedante, un paralizante muscular y una droga que causa el paro cardiaco. De acuerdo con la apelación de Turner, si la primera droga no lo deja inconsciente, 'el recluso experimentará dolores atroces y tortura al ser administradas las otras dos drogas'.
Turner, de 28 años, habría sido el recluso 27 en ser ejecutado este año en Texas y segundo esta semana, además del número 406 desde que el estado reanudó su aplicación en 1982. Ambas cifras exceden las registradas en otros estados.
'Creo que es un día desafortunado para Texas, en que el gobierno pretenda continuar con un método de ejecución que ha generado suficientes problemas como para causar que intervenga la Corte Suprema', dijo Steiker, codirector del Centro de la Pena Capital de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas, alguna vez ayudante del ex secretario de Justicia Thurgood Marshall. 'Concuerda con la idea popular de que Texas no está interesada en conductas civilizadas'. David Dow, profesor de leyes de la Universidad de Houston y abogado de Turner, estuvo menos dispuesto a aceptar que Texas entre en moratoria de ejecuciones. 'Creo que es demasiado pronto como para pensar que eso es lo que ocurrió', dijo.
Dow perdió esta semana las apelaciones para salvar al reo texano Michael Richard de ser ejecutado.
En detalle
1
Adrián Roja, uno de los sobrevivientes del asalto, dijo que espera que Heliberto Chi se acerque a Dios mientras avanzan los días para su ejecución. 'Espero que con esto se cierre un ciclo para mí y para la familia Paliotta'.
2
Al menos otros cuatro reos en Texas tienen programada su ejecución en los próximos meses.
Los parientes de estas personas, al igual que la familia Chi, se mantienen en oración para que ocurra un milagro.
3
Heliberto procreó con una salvadoreña a Henry Chi Argueta, quien ahora tiene 9 años; sin embargo, el menor no lo ha podido visitar porque reside en Pennsylvania, según han comentado sus familiares.
Sobre Heliberto Chi
Heliberto Chi, conocido como 'El Chino', es un sampedrano que nació el 20 de diciembre de 1978. Recibió sentencia de muerte por inyección letal por el asesinato del estadounidense Armand Paliotta, ocurrido el 24 de marzo del 2001.
Paliotta, originario de Italia, fue patrón de Chi.
El relato oficial afirma que Chi Aceituno ingresó en la tienda con un revólver calibre 38. Alguien lo esperaba afuera en un vehículo. Durante el asalto disparó contra el gerente de 56 años de edad y lo mató. Chi Aceituno está en la prisión de Polunsky Unit de Livingston desde noviembre de 2002 y podría ser ejecutado este miércoles. Una de las peticiones del hondureño es que en caso de ser ejecutado le compren unos anteojos. Su madre ya inició las diligencias para esa petición; encargó unos que se oscurecen con la luz, negros y un poco grandes. También continúan con la recolecta de dinero para el traslado del cuerpo si llegase a ocurrir la ejecución.
Petición
En una carta en la web de Polunsky Unit, Chi comenta: 'No sé qué es lo que va a pasar con mi vida. Estoy pidiendo ayuda, porque creo que no merezco esto; quiero volver a vivir el día que me sentencien a muerte', refiere. 'Quiero tener un futuro exitoso. Soy una persona con una mentalidad muy diferente, creo que mi vida ha cambiado y merezco una oportunidad. Les pido que por favor me escriban. Quiero decirles a todos que me entierren con honor', firma Heliberto Chi.
