13/04/2024
11:30 PM

Miguel Paz Barahona: 'el garañón” de los valles

La enorme prole dejada por el ex presidente de Honduras, Miguel Paz Barahona, es una muestra elocuente de su espíritu romántico y su amor por las mujeres.

La enorme prole dejada por el ex presidente de Honduras, Miguel Paz Barahona, es una muestra elocuente de su espíritu romántico y su amor por las mujeres.

No en balde le decían 'el garañón pintado de los valles de Santa Bárbara', manifestó el ministro de Cultura, Artes y Deportes, Rodolfo Pastor Fasquelle durante la inauguración de la Casa de la Cultura en esta comunidad, en honor al ilustre varón.

Paz Barahona nació en esta comarca el 3 de septiembre de 1863 y murió el 11 de noviembre de 1937, dejando la imagen de un médico humanitario, un presidente visionario, como también de un galante caballero.

Por sus muchos amoríos dejó más hijos que los que cualquier mortal hubiera engendrado con una sola mujer, manifestó Pastor Fasquelle.

Cómo médico viajaba largas distancias a lomo de mula, visitando personas muy enfermas para regalarles medicinas o practicarles alguna cirugía, a veces sin cobrar sus honorarios.

Luis Mejía Paz, uno de los nietos que aún le sobreviven en Pinalejo relató que siendo Presidente de Honduras, su abuelo viajó a esta comunidad expresamente a operar a un conocido que lo llamó porque

A orillas de la comunidad, el río Plátano forma la Poza de los Presidentes

le había aparecido una inflamación en la cara.

Se llamaba Román Sabillón, la persona le pidió al mandatario que lo asistiera porque sólo en él podía confiar. Hasta poco antes de su muerte ocurrida años después, Román Sabillón anduvo mostrando con orgullo la cicatriz en el pómulo derecho que le dejó la operación practicada por el doctor.

Paz Barahona también tenía fama de ser un hombre recto en sus actuaciones. Dice su nieto que en cierta ocasión llegó ante él un amigo suyo a pedirle una carta de recomendación para el juez, en vista de que se había robado una vaca y era buscado por la autoridad. 'Cometí un error, ayúdeme', le dijo. El Presidente entonces le entregó un sobre sellado dirigido al juez, pero no contenía ninguna carta de recomendación, sino una nota en la que le comunicaba que el portador era el abigeo que andaban buscando y que procediera a darle captura.

Poza famosa

Como testigo de la niñez del mandatario en esta comunidad, está la casa donde nació, ahora convertida en museo, como también la poza donde se bañaba, bautizada como La Poza de los Presidentes, porque en sus aguas también se sumergieron, Luis Bográn y Francisco Bográn, otros dos de los grandes mandatarios de Honduras.

A Paz Barahona se le recuerda además como uno de los grandes impulsores de la educación pública y del deporte. El barrio Paz Barahona de San Pedro Sula, lleva su nombre porque allí también vivió él y cedió terrenos de su propiedad para la construcción de centros educativos y recreativos, dijo Bernardo Rivera Paz, otro de sus nietos. Recordó que por su enorme proyección hacia el pueblo, muchas escuelas, colegios e instituciones gubernamentales han sido bautizados con el nombre del ilustre gobernante.

Aunque era de filiación nacionalista, dio la suficiente apertura para que su sucesor en el mandato de la nación fuera un liberal: el doctor Vicente Mejía Colindres, por eso sus correligionarios lo acusaron de traidor.

Colaboró con el gobierno de Tiburcio Carías Andino en su primer período, pero cuando éste se decidió por el continuismo en vez de dar elecciones libres, rechazó cualquier cargo público, lo cual 'el hombrón de Zambrano' entendió como un acto de insubordinación y lo mandó al exilio.

La casa donde nació Paz Barahona conserva su diseño original.

Rivera Paz reconoció que su abuelo fue un hombre enamoradizo, pero considera que no tuvo tanta descendencia como la que se le atribuye. 'Tuvo siete hijos legítimos y otros fuera de matrimonio pero no fueron muchos. Su apellido se ha propagado porque también tuvo hermanos que a la vez tuvieron descendientes', indicó.

Ratificó que le llamaban 'el garañón' por romántico, y 'pintado' porque tenía manchas de cativí en su brazo izquierdo. Es decir que fue amado por las mujeres tanto como por el pueblo, que no cesa de rendirle homenajes.