18/04/2024
05:07 AM

Con sotana y botas de hule clama por aldea La Reina

El cura Leopoldo Serrano dice que no tiene fuerza, pero sí voz, y por eso lanzó un SOS por la aldea que un alud borró del mapa.

SANTA BÁRBARA.

Una mesa sencilla armada con varas, hojas de matas de guineo y flores de la zona son suficientes para formar el altar perfecto para encomendarse al Todopoderoso.

Para nadie es inusual ver al menudo sacerdote sortear el lodo con su sotana y botas de hule hasta llegar al epicentro del desastre ubicado en el municipio de Protección. A pesar de los riesgos, oficia sus misas para dar palabras de consuelo a las personas que perdieron su comunidad.

Leopoldo Serrano es sacerdote desde hace 26 años y ha dedicado su vida a los más necesitados. En medio de la destrucción causada por las secuelas de la tormenta Iota, el padre fue la voz que puso en el mapa a la aldea La Reina, arrasada por un alud de tierra.

Foto: La Prensa

El sacerdote Serrano oficia las misas en la zona destruida donde improvisa un altar.
Desde el púlpito, en medio de un escenario desolador, sigue solicitando ayuda para más de 400 familias de La Reina, hasta hace poco una vigorosa comunidad por el auge del café, y que ahora parece un cementerio. Fue el pasado 24 de noviembre que un derrumbe soterró toda la aldea que incluía centenares de casas, escuela, colegio, cuatro iglesias y un centro comunal.

Todo construido por los habitantes a base de un gran esfuerzo.

Ahora nada de eso queda. Serrano asegura que urge un proyecto de vivienda para devolverles el techo y la seguridad de un hogar a todos los afectados que actualmente están en albergues.

“A mí no me gusta la publicidad, no me gustan las fotografías, pero lo hago para ayudar a los necesitados. No tengo fuerza, pero sí voz para pedir por ellos. Queremos llegar al corazón de la gente y que colaboren, pero yo me siento avergonzado, no quiero ser protagonista, solo soy el medio para ayudar a estas personas”, aclaró el padre.

Acciones, no solo palabras

“Soy un sacerdote que trabaja con fe y acción, Cristo predicó, pero también ayudó”, expresó con seguridad el religioso.

El padre Serrano, como todos los pobladores lo conocen, es originario de Guarita, Lempira. Su humildad y colaboración es lo que ha generado la confianza y admiración de muchos.

Dónde ayudar
Las personas que quieran aportar para las familias afectadas en la aldea La Reina, pueden hacer sus donaciones a la cuenta 211180147917 en el Banco de Occidente, a nombre de Héctor Manuel Guzmán Villeda.
Su aspecto es como el de cualquier persona sencilla. Sus zapatos siempre los anda enlodados porque desde tempranas horas comienza su ir y venir para asistir a los más necesitados.

La recolección de donaciones, clasificación de los alimentos, que a los niños y ancianos no les falte la leche y los pañales, son algunas de sus preocupaciones diarias.

Su teléfono no para de sonar. Son llamadas de personas que ofrecen ayudas, pero sin ánimo de ser abusivo, asegura que siempre pide lo necesario: estufas de gas, mascarillas, botas y zapatos.

Desde niño fue inspirado a servir a Dios por un padre norteamericano, quien le inculcó el amor a El Señor y preocuparse por el prójimo.

Foto: La Prensa

Desde el 24 de noviembre que ocurrió el derrumbe, ha trabajado por los damnificados.
“El padre Pedro llegaba a la escuela y jugaba con todos los niños. Yo le ayudaba en la misa, participaba en la eucaristía, fue así que me gustó la vida sacerdotal y a los 16 años ya era un delegado de la palabra de Dios, dos años después era aspirante para sacerdote en San Francisco del Valle, con los Franciscanos Capuchinos en Ocotepeque”, contó con entusiasmo.

Fue años más tarde que siguió sus estudios en Nicaragua y Costa Rica, posteriormente fue en La Mosquitia en donde se ordenó como diácono católico y tradujo del español al misquito el ritual de la ordenación sacerdotal.

“Siempre volví a Gracias a Dios por la pobreza extrema de la gente. Han estado abandonados por el Gobierno y mi vocación siempre ha sido atender y servir a las personas ‘descartadas’, es decir los que ya no son tomados en cuenta y despreciados por sus familias”, explicó el sacerdote.

Por varios años fue cura en parroquias de Ocotepeque, en donde trabajó con miles de jóvenes para alejarlos de las pandillas y las drogas realizando retiros, pero uno de sus fuertes ha sido el apoyo al deporte, logrando, incluso, la fundación de una liga de fútbol que lleva su nombre.

Foto: La Prensa

“En varias comunidades he logrado el apoyo para la construcción de canchas de fútbol, siempre con la colaboración de otras personas. También fundé un movimiento de matrimonios para fomentar el valor de la familia”, reveló.

Por algunos años permaneció en Estados Unidos en donde ayudó a muchos ancianos, pero recibió la noticia de que su madre enfermó, por lo que regresó a Honduras para hacerse cargo de ella.

Después de muchos esfuerzos, hace algunos años fundó la congregación Franciscanos de la Misericordia, que es de donde actualmente generan el apoyo para miles de personas de la zona occidental que han sido afectadas por los desastres de las tormentas Eta y Iota.

En la actualidad el padre Serrano dirige el hogar Hermanos Franciscanos de la Misericordia, para personas abandonadas y adictos, que está ubicado en Valle Verde, Macuelizo, Santa Bárbara.

En el hogar reciben a personas de la tercera edad que son despreciadas por sus familiares, también a adictos al alcohol y las drogas a quienes no les cobra nada. El manejo del centro es gracias donaciones, hasta el momento han rehabilitado a unos 150 ciudadanos.

Con sotana y botas de hule clama por aldea La Reina

Sus raíces
Es originario de La Guarita, en el departamento de Lempira.
Memorias
Durante la pandemia del covid-19 ha escrito dos libros.
Orden
Es fundador del hogar Hermanos Franciscanos de la Misericordia.
Objetivo
Su prioridad es ayudar a todas las familias de la aldea La Reina.

Logros

La infraestructura de ese centro es peculiar. Desde la carretera CA-4 se observan las instalaciones que fueron construidas con material reciclado, tienen una granja y plantaciones agrícolas, que es adonde obtienen algunos de sus alimentos.

A pesar de tener un corazón de oro, ese órgano fundamental le falló hace un año y el sacerdote tuvo que ser sometido de emergencia a una cirugía de corazón y aunque aún no está recuperado del todo, sigue luchando por su feligreses; y cuando le da tiempo, también juega fútbol.

Para saber
- Las personas que quieran comunicarse con el padre Serrano pueden llamarlo al número 9510-0524.
- El padre Serrano ha sido uno de los principales defensores del medio ambiente, incluso ha sido amenazado.
“La gente sin que yo lo pidiera hizo recolectas porque la operación costaba $40,000, pero todos se unieron y me hicieron el primer milagro”, dijo el padre.

A pesar de su condición médica, el padre no deja de ayudar.

“No voy a parar de pedir ayuda hasta que las familias tengan un lugar seguro donde vivir, en la aldea La Reina ya había mucha maldad, quiero dejar claro que Dios no castiga a nadie, todo esto debe servir para recapacitar y que los pobladores busquen el camino de Dios”, expresó.

Dijo que la aldea La Reina está totalmente destruida, pero hay otras comunidades como Bella Vista, El Sauce y la Virtud en Macuelizo, siempre en Santa Bárbara, que están en alto riesgo de derrumbes.

Foto: La Prensa

“El alcalde dice que los pobladores de esas comunidades tienen que evacuar, pero la pregunta es adónde los van a reubicar, la gente me dice que no tienen para dónde irse. Cuando lancé el grito de SOS, yo estaba desesperado y celebré misa en el cerro de Buena Vista, se improvisó un altar, la gente estaba triste y asistieron con fervor porque el mejor consuelo es la eucaristía, cuando les digo que hay esperanza de una tierra, la gente vuelve a la alegría”, contó.

El padre dijo que están recolectando dinero para la construcción de casas. Pueden hacer sus aportaciones a la cuenta 211180147917 en el Banco de Occidente a nombre de Héctor Manuel Guzmán Villeda, es la misma cuenta que se usó para las donaciones de la operación de su corazón.

Su sueño es recaudar los suficientes fondos para la construcción de la La Nueva Reina, en donde ubicarán a más de 2,000 pobladores. También busca que familias estadounidenses y de otros países patrocinen a familias hondureñas, con al menos $100. Pondrá en contacto directo a ambas familias para que no existan intermediarios.