Espina bífida, una malformación que puede prevenirse

Tomar ácido fólico y nutrirse bien le ayudarán a tener un buen embarazo

  • 24 nov 2021

San Pedro Sula, Honduras.

Cuando una mujer sale embarazada lo primero que anhela es que el bebé nazca sano, pero eso dependerá algunas veces de cómo ella se cuide durante esa etapa.

La espina bífida puede ser un riesgo dentro de las malformaciones congénitas sobre todo en mayores de 35 años y embarazadas jóvenes; sin embargo, con una buena alimentación, asistir a las citas médicas con el ginecólogo, chequearse la hemoglobina y el peso, tomar vitaminas prenatales y sobre todo consumir ácido fólico dos meses antes de embarazarse le ayudarán a reducir esa posibilidad.

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Douglas Varela, neurólogo pediatra, dice que la espina bífida se produce cuando la parte del tubo neural del feto, que permite la formación del cerebro y de la médula espinal, no se cierra completamente. Esto ocurre en la tercera o cuarta semana, o sea en el primer mes de embarazo.

La espina bífida es la falta de cierre de los cuerpos vertebrales en la línea media ya que es un defecto del hueso de las vértebras. Los factores asociados siguen sin conocerse, pero se ha comprobado que el suministro de ácido fólico disminuye esta patología, por eso es recomendable que las mujeres lo tomen antes de salir embarazadas”, dijo.

Otros factores que pueden afectar son las radiaciones, algunos fármacos como anticonvulsivantes, entre ellos el ácido valproico o algún tipo de desnutrición en las madres embarazadas.

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La espina bífida se puede diagnosticar durante el embarazo o tras el nacimiento del bebé. Si hay lesiones dérmicas en la región lumbosacra, un mechón de pelo, un bultito, excedente de piel, un puntito, manchas, o hoyuelo, eso puede hacer sospechar que hay una espina bífida oculta.

Una buena alimentación y evitar vicios hará que su bebé nazca saludable.

Los efectos

La espina bífida puede provocar discapacidades físicas e intelectuales, que van de leves a graves, esto dependerá del tamaño y la localización de la abertura en la columna.

“En algunos casos no se detecta en el nacimiento, pero cuando el niño va creciendo, en una época de la vida y a medida va aumentado talla, la columna se estira, allí presenta problemas de los controles vesical, de la vejiga, incontinencia urinaria, infecciones, malestar en las piernas o adormecimiento, debilidad en las piernas, es cuando un médico puede sospechar que hay un defecto en la columna.

Esto lo puede ver un neurocirujano a través de una resonancia magnética”, comenta. El especialista manifiesta que en Honduras no hay estadísticas, pero a la incidencia a nivel internacional es 1 0 2 niños por cada mil. “Cuando a una madre le nace un niño con espina bífida, lo recomendable es que asista a consejería genética, pues hay posibilidades de un 2 a 5% que un segundo hijo le nazca igual”.

LOS TIPOS

-MIELOMENINGOCELE: Es la forma más grave de espina bífida abierta. Se presenta como una bolsa con el tejido nervioso medular expuesto y sin cobertura cutánea. La bolsa contiene líquido cefalorraquídeo, nervios y placa neural. La médula no se ha desarrollado de forma normal, por lo que ocasiona la parálisis de los músculos y una pérdida del sentido del tacto, por debajo de la lesión.

-MENINGOCELE: Es un quiste o saco que contiene membranas de la capa protectora de la médula espinal (meninges) se asoma por la apertura de la columna vertebral. En este saco hay líquido cefalorraquídeo y normalmente no hay daño en los nervios. Quien la padece puede tener discapacidades menores.

-ESPINA BÍFIDA OCULTA O CERRADA: Se produce al final del primer trimestre de embarazo y se caracteriza por presentarse como bultos en la zona lumbar baja. La función nerviosa empeora rápidamente después del nacimiento, es mejor repararla cuando el bebé todavía se encuentra dentro del útero (intrauterino).