Dieta y atención plena reducen un tercio el riesgo de tener un bebé de bajo peso

En el grupo en el que no se llevó a cabo ninguna intervención, el 21,9% de las mujeres tuvo un bebé con bajo peso.

  • 07 feb 2022
Barcelona, España.

Un estudio liderado por investigadores de BCNatal, con el apoyo de la Fundación “la Caixa”, ha demostrado que seguir durante el embarazo una dieta mediterránea y un programa de atención plena (“mindfulness”) para reducir el estrés disminuye un tercio el riesgo de dar a luz un bebé de bajo peso.

“Estos resultados suponen un cambio de paradigma”, ha resaltado el director de BCNatal y coordinador del estudio, Eduard Gratacós, quien ha subrayado que el bajo peso es un elemento que preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque es factor de riesgo de mortalidad, secuelas en el desarrollo cerebral, enfermedades cardiovasculares y obesidad, incluso en la edad adulta.

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Pese a todas estas consecuencias, no tiene un tratamiento concreto, después de que se haya “intentando todo”, ha remarcado Gratacós para destacar la importancia de este nuevo estudio, que publica hoy JAMA, la revista de la Asociación Médica Americana.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores de BCNatal (Hospital Clínic y de Sant Joan de Déu) y la Universidad de Barcelona reclutaron a 1.221 mujeres embarazadas con riesgo de tener un bebé de bajo peso, por debajo del percentil 10 (es decir, de cada 100 recién nacidos estos estarían entre los 10 con menor peso).

Las gestantes reclutadas cumplían factores de riesgo para tener hijos de bajo peso, como edad avanzada, enfermedad de base, tensión alta, diabetes, obesidad, enfermedad renal o complicaciones en embarazos previos.

Las participantes fueron repartidas en tres grupos: el primero siguió una dieta mediterránea pautada, el segundo un programa de “mindfulness” (técnica de meditación que consiste en focalizarse en el presente), especialmente diseñado para embarazadas con el fin de reducir el estrés, y el tercero tuvo un seguimiento estándar del embarazo.

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El estudio IMPACT Barcelona, coordinado por Eduard Gratacós y las investigadoras Francesca Crovetto y Fàtima Crispi, duró 3 años y la última participante dio a luz el 1 de marzo de 2020, de manera que el ensayo se salvó de la afectación de la pandemia de la covid.

En el grupo en el que no se llevó a cabo ninguna intervención, el 21,9% de las mujeres tuvo un bebé con bajo peso.

En cambio, entre las que siguieron la dieta mediterránea el porcentaje fue del 14%, un 36% menos que el grupo control, mientras que en el de “mindfulness” fue un 15,6% (un 29% menos).

De esta manera, el estudio demuestra que la dieta mediterránea y el “mindfulness” reduce en un tercio el riesgo de tener bebés con bajo peso (entre un 29% y un 36%).

“Por primera vez aportamos evidencias científicas para reducir la frecuencia de uno de los principales problemas del embarazo y para el que no se disponía de tratamiento”, ha destacado Gratacós, quien ha explicado que en el estudio se ha observado asimismo disminuciones de otras complicaciones propias de la gestación.

El especialista en medicina fetal ha puntualizado que “en mindfulness no vale cualquier cosa” y, en este estudio, en el ensayo ha seguido un plan desarrollado por la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos) que los investigadores han adaptado a embarazadas.

Así, grupos de 20-25 mujeres siguieron un programa durante ocho semanas que consistía en sesiones de meditación guiada, talleres para aprender herramientas útiles para gestionar las emociones y el estrés, y una parte más activa de yoga.

En cuanto a la dieta, las participantes siguieron las pautas de un nutricionista para incorporar más fruta, verdura, carne blanca, pescado azul, lácteos y cereales integrales, así como productos ricos en omega-3 como aceite de oliva virgen extra y nueces.

Este estudio abre nuevos horizontes en la investigación para conocer sobre hasta qué punto el estilo de vida pueden afectar al desarrollo del bebé en el útero, tanto si las embarazadas tienen factores de riesgo como si no, sin olvidar que hay otros factores, como los genéticos, que a veces tan determinantes que van a afectar al feto tanto si la mujer hace o no dieta o meditación.

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Gratacós ha admitido que la aplicación práctica en la población general de los resultados del estudio “no es sencilla de hacer de hoy para mañana”, porque no son tratamientos clásicos y en la ecuación entran nutricionistas y expertos en “mindfulness” que, además, deben estar acreditados, lo que supone un coste importante para el sistema.

Pero “a nivel individual el ensayo tiene sus consecuencias”, ya que da “poder” a la mujer que quiere ser madre para decidir qué estilo de vida quiere llevar: “Yo, si estuviera embarazada y leyera este estudio, tendría claro lo que tendría que hacer”, ha destacado Gratacós.