Envenenó a sus exsuegros con un hongo letal y recibirá un duro castigo
El macabro plan de Erin Patterson incluyó un almuerzo envenenado al que asistieron sus exsuegros, la tía de su exmarido y un pastor
- 18 de agosto de 2025 a las 08:52 -
Lo que comenzó como un almuerzo familiar terminó en una tragedia que estremeció a todo el país. La justicia australiana declaró el 7 de julio culpable a Erin Patterson, de 49 años, por el envenenamiento de cuatro personas tras servir un beef Wellington con champiñones letales en la localidad rural de Leongatha, en julio de 2023.
Las víctimas fueron sus exsuegros, Don y Gail Patterson, y la tía de su exmarido, Heather Wilkinson, quienes murieron entre el 4 y 5 de agosto de ese año tras ingerir hongos amanita phalloides, conocidos como “death caps” o “sombreros de la muerte”.
El único sobreviviente fue el pastor metodista Ian Wilkinson, quien permaneció semanas en coma y requirió un trasplante de hígado. Erin Patterson resultó ilesa y desde el inicio quedó bajo sospecha. Las investigaciones revelaron que mintió a sus invitados para garantizar su presencia, alegando que padecía cáncer de ovario.
La policía halló en un basural un deshidratador con restos de amatoxinas y huellas de la acusada, a pesar de que ella negó poseer ese aparato. Además, entregó un teléfono manipulado para ocultar pruebas. El jurado de la Corte Suprema de Victoria la encontró culpable de tres cargos de homicidio y un intento de homicidio. También enfrenta otro proceso por un presunto envenenamiento contra su exmarido, Simon Patterson, quien habría sobrevivido a episodios previos de intoxicación en 2021 y 2022.
Durante el juicio, que duró 10 semanas y fue seguido de cerca por la prensa australiana, la fiscalía presentó más de 50 testimonios y pruebas físicas que demostraron la planificación del crimen. Entre ellas, registros de compras, peritajes digitales y contradicciones en las declaraciones de Patterson.
Los peritos en toxicología confirmaron que las víctimas habían ingerido una dosis de amanita phalloides como para provocar fallo hepático y, en consecuencia, la muerte. En el caso de Wilkinson, establecieron que sobrevivió porque recibió atención médica inmediata y a tratamientos agresivos, que incluyeron un trasplante de hígado.
Luego de reunir pruebas suficientes, la policía detuvo a Erin Patterson en noviembre de 2023 y fue acusada de tres cargos de homicidio y dos de intento de homicidio (uno por Ian Wilkinson y otro por su exmarido, Simon Patterson, por un episodio previo).
En el expediente también indicaron que Patterson intentó entorpecer la investigación para ocultar el crimen, ya que entregó un teléfono distinto al que usaba habitualmente, después de haberlo borrado varias veces para eliminar posibles pruebas.
Desde el principio, las autoridades sospecharon que el envenenamiento no había sido accidental. Pero las dudas crecieron cuando Erin declaró que no recordaba exactamente qué tipo de hongos había utilizado, ya que dijo que los había comprado al azar en una tienda asiática y afirmó no saber que eran peligrosos. Asimismo, negó tener un deshidratador de alimentos, un electrodoméstico clave en la preparación del plato. De acuerdo a la investigación, Erin mintió a sus invitados para asegurarse de que asistieran al almuerzo. Les dijo que tenía cáncer de ovario y que no sabía cómo contárselo a sus hijos. Su intención era despertar compasión y convencerlos de que acudieran a la reunión.
La sentencia será dictada a finales de agosto. Se espera que Patterson reciba cadena perpetua, aunque su defensa ya anunció que apelará el fallo.