Al principio, su madre creyó que había sido raptada por colombianos.
El teléfono antiguo de la hondureña había quedado en la casa y a ese dispositivo, a las 2:33 pm del sábado 23 de julio, mandaron un audio el cual hacía referencia a un grupo de colombianos que en la frontera de Corinto se separó.
Dijo que el mensaje que mandaron fue preguntando “por otros colombianos, que por dónde iban para reunirse, que querían saber de ellos”.