Majestuoso: así fue el concierto del pianista argentino Raúl Di Blasio en San Pedro Sula

Raúl Di Blasio, pianista argentino de amplia trayectoria internacional, hizo disfrutar a los expectadores en su presentación estelar.

El salón Julián Arriaga de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) fue el epicentro de una magnífica noche cargada de emocionantes melodías.

La Orquesta Más música más esperanza abrió el telón con grandes éxitos del recuerdo.

Deleitaron en la apertura del evento a los cientos de asistentes que disfrutaron de un espectacular derroche artístico.Canciones de grandes grupos y artistas fueron parte de su repertorio, “O Sole Mío”, “Más que amor” y “El reloj”, marcaron la calidad de la pauta que estaba por venir.

Luego, la artista hondureña, Cesia Sáenz, arrancó los aplausos de un interactivo público que presenció la increíble voz y puesta en escena de la talentosa catracha.

Entre sus canciones predilectas destacaron: “Ese hombre”, “Por amor” y “Él me mintió”.

Mas adelante, llegó el turno de Raúl Di Blasio, quien con una épica entrada al ritmo del saxofón de uno de sus músicos, recibió el cariño de los asistentes para iniciar su esperado concierto.

“El Piano de América”, como se le conoce, interpretó majestuosamente las piezas musicales en su piano, entres ellas: “Corazón de Niño”, “Melissa”, “New life”, “Como han pasado los años”, “Si nos dejan” y “Después de ti”.

“No es justo que sea la primera vez que haya venido a Honduras a dar un concierto para ustedes; muchas gracias por sus aplausos, no sé si los merezca, pero qué bien hacen”, dijo el músico argentino.

También dijo: “Han sido 48 horas estando en Honduras, y qué bonito, desde que llegué, me he sentido en casa.En América nos une la música, pero más que nada nos unen las personas”.

Aparte, resaltó la importancia de las damas en la sociedad, “tengo mucho respeto y admiración por las mujeres, ellas merecen que se les trate bien”.

El público disfrutó tanto del concierto que coreó al ritmo del artista las obras artísticas. Asimismo, hubo un fraternal ambiente con mucha interacción entre los presentes y el protagonista, quienes, incluso, subieron al escenario para charlar y pedir sus canciones preferidas.