“Lo que pasa es que yo me quedé amiga de todos los que están allí, todavía hablo con ellos. Yo me fui de allí de buenas, o sea todos mis jefes me llamaron, todos me querían invitar a cenar, a almorzar... Me sentí apreciada y entendí que fue una decisión corporativa por circunstancias fuera de mi control, no porque estaban midiendo mi talento ni lo que yo estaba rindiendo en la compañía y que estaban disgustados, no tenía nada que ver con eso...”, aclaró.