Visiblemente molesta, Lucerito detuvo lo que estaba contando para aclarar el asunto: “¡¿Cómo?! ¿Por qué se lo dedicaría? (...) Estoy funando un buen al que puso eso, pero ya, o sea, please... Sí, ya. Aparte se llevan muy bien. O sea, no, no están casados. Ya se divorciaron. Perdón por funarlos, pero, es que, yo ya me harté”.