En los años 2000, cuando la carrera de Britney estaba en su mejor momento, su equipo decidió mantener su imagen como la de una joven casta, conservadora y de valores tradicionales, que hablaba abiertamente a esperar a casarse para tener relaciones sexuales, declaraciones que siempre fueron puestas en duda, debido a la imagen de sensualidad con que presentaba su música.