Para no llamar la atención de su padrastro, Shania decidió esconder sus senos: “Me escondía y aplanaba mis senos. Porque... ¡Dios mío! Fue terrible, no quería ser una chica en mi casa. Usaba sostenes que eran demasiado pequeños para mí, y usaba dos, le restaba importancia hasta que no había nada de mujer en mí. Hacía lo que fuera por pasar desapercibida”, rememoró.