Huesos frágiles, colmillos chuecos y problemas cardiacos aquejan con mayor facilidad a perros de baja estatura, advierten expertos.
Los perros de baja estatura tienden a desarrollar ciertos padecimientos con mayor facilidad que los más grandes debido a su tamaño.
Para evitar que las razas pequeñas desarrollen afecciones óseas, dentales o cardiacas (las más comunes por su estatura), es aconsejable cuidar su alimentación.
Huesos frágiles
A diferencia de los caninos grandes, los de razas pequeñas poseen una densidad ósea menor, por ello son propensos a sufrir fracturas.
Puesto que estas mascotas adoran la actividad física, como brincar o saltar por la casa, sus rótulas pueden salirse de lugar y con el paso de los años llegan a desarrollar artritis.
Los expertos recomiendan una dieta rica en calcio, fósforo, magnesio y vitamina D para fortalecer los huesos.
Colmillos saludables
Debido a sus pequeñas mandíbulas y bocas, los perros pequeños tienden a padecer enfermedades dentales desde temprana edad.
Algunas mascotas conservan dientes de leche o primarios, por lo que se enciman y se desarrollan bacterias orales, que forman placas capaces de extenderse al resto del cuerpo a través del sistema circulatorio.
En última instancia afectaría al corazón y riñones. Para evitar molestias, lo ideal es que consuma alimentos fáciles de masticar.
Los más chicos
Corren el riesgo de tener problemas cardiacos congénitos o de adquirirlos, por ello el funcionamiento de su cuerpo estaría comprometido.
Si el perro ya está enfermo, existen alimentos en el mercado con fórmulas especiales para ayudar a la función cardiaca en caso de insuficiencia crónica.
Su corazón latirá por más tiempo cuando su dieta incluye aminoácidos, proteínas y minerales como potasio, calcio y magnesio.