El esfuerzo e imaginación de los pobladores dejaron claro por qué el Festival del maíz en este municipio es uno de los eventos más esperados del año.
Desde tempranas horas, sus habitantes se prepararon para adornar sus viviendas y esperar el desfile de carrozas que recorre las principales calles de este poblado.
Los habitantes decoraron las casas con derivados del maíz como la tusa, el olote, las matas y granos de esta planta que es la base de la economía de la región.
Flores de tusa, muñecas, cadenas y cuadros alusivos a las comidas que se elaboran a base de el maíz fueron parte de las exhibiciones que se mostraron y dieron un contraste del folclore de esta comunidad que desde hace 12 años rinde un homenaje al maíz.
Desfile
Desde diversas ciudades llegaron los visitantes a disfrutar de una mañana diferente. A las 10 de la mañana el estallido de cohetes y la música anunciaba la llegada de las 22 carrozas que recorrieron las calles.
Cada una de ellas fue decorada con los productos del maíz y dejaba al vuelo la imaginación de sus diseñadores.
Desde la más sencilla hasta la más sofisticada de las carrozas daba un culto a este grano sagrado.
Las flores de tusa fueron las predilectas para la decoración, los trajes típicos elaborados con granos de maíz también resultaron vistosos, cada una de las jovencitas que participó en el desfile mostró el encanto autóctono en la fiesta insigne de los laborenses.
Para dar más vistosidad, los alumnos del instituto Triniteco de Ocotepeque presentaron a los zanqueros, quienes se sumaron a la alegría y pusieron una nota diferente durante el recorrido.
Las niñas de las carrozas vistieron trajes decorados con accesorios de tusa.
Las carretas tiradas por bueyes o por cabritos vinieron a complementar la gala folclórica, donde las cooperativas, patronatos e instituciones participaron en el desfile.
Una de las carrozas representó el diario vivir de las familias en el campo. Al calor del fogón una joven preparaba las sabrosas tortillas de maíz, un cuadro típico de la vida campesina.
Cada comunidad dijo presente y engalanó la fiesta.
Los atuendos típicos realzaron cada carroza donde las niñas y niños complementaron la celebración anual que rinde tributo al maíz, la cual permite mostrar a los turistas el encanto de la zona, las tradiciones y la hospitalidad de sus habitantes.
Tradición
El coordinador del comité organizador, Omar Arita, manifestó que la doce edición del festival fue un éxito total: “Logramos la participación de todo el pueblo en el evento. El festival del maíz se ha convertido en un evento único que anualmente regala un espectáculo cultural al pueblo hondureño”.
En la celebración se contó con la participación de las bandas de guerra del instituto Álvaro Contreras de Santa Rosa de Copan y la del instituto Triniteco de Ocotepeque, quienes le imprimieron el sello musical al ambiente.
Al cierre del desfile, los visitantes degustaron los productos tradicionales elaborados en base al maíz y que los habitantes vendieron en las típicas champas: atole chuco, atole dulce, tamalitos, montucas, elotes.
También variada artesanía preparada a base de la tusa.
Génesis
Este evento anual nació en 1995 con la idea de incentivar a las personas o agricultores a sembrar y cosechar este grano básico en la alimentación de las familias.
Los pobladores salieron a las calles a contemplar las carrozas que recuerdan la importancia del maíz.Fotos Xiomara Orellana