Diego José es un niño que repentinamente se pone rojo, comienza a sudar, se le quiebra la voz y llora sin motivo. Si asiste a una fiesta dice que se quiere marchar a casa cuando apenas ha comenzado.
Si su hijo presenta estos síntomas, tenga cuidado, es posible que sufra de algún problema emocional que lo obligue a aislarse del resto del grupo.
Para muchos padres resulta complicado distinguir entre el aislamiento por voluntad propia o por timidez.
La respuesta es sencilla, dice la especialista en niños Amy Erazo. Asegura que basta con observarlos en su primer día de colegio o cuando vayan a una fiesta de cumpleaños. Si es tímido, evitará cualquier contacto, lo pasará mal y, por lo tanto, buscará una excusa para no tener que enfrentarse al trago amargo de comunicarse. Si es una persona que prefiere la soledad porque simplemente se siente a gusto consigo mismo, lo notará enseguida. Estos niños no tienen ningún problema al relacionarse, necesitan la soledad y la buscan.
Señal de alarma
Cuando note que su pequeño se está perdiendo muchos actos propios de su edad, que cada vez se aísla más, que no hace nada por superarse y que sufre por ello y la situación no mejora, debe plantearse si su timidez puede hacer peligrar su desarrollo emocional.
Son muchas las causas que provocan timidez en los pequeños, una de las más comunes, dice Erazo, es cuando los padres son perfeccionistas y el niño se cría en un ambiente de mucha exigencia y teme hacer cosas por su cuenta porque siente que nunca estará a la altura de lo que ellos esperan de él.
La timidez también se da en el chico que ha pasado por una situación traumática, por maltrato físico o psicológico, que vivió tensiones variadas o atraviesa un cuadro de carencia afectiva.
Lo peor de todo es que en muchos casos los padres no lo advierten y les parece natural que sean así, es muy común escucharlos decir frases como 'mi hijo es tímido, se parece a mí, yo también era así de pequeño', y justificaciones de ese tipo.
Es doloroso para un padre reconocer que su hijo está solo y preguntarse por qué el resto del grupo no lo acepta o por qué él no quiere convivir con los demás infantes de su edad.
¿Cómo ayudarlos?
Karina Alvarado, experta en educación, aconseja estimular su socialización y ayudarlos a participar en actividades donde pueda expresarse. Refuerce los aspectos positivos de su conducta para mejorar su autoestima y seguridad afectivas.
Enséñele hábitos sociales e introdúzcalo poco a poco en situaciones nuevas.
Forje una relación de confianza, ayúdelo a que no se aísle de otros niños y apoye las actividades en las que pueda sobresalir.
Los cambios son graduales y no hay que presionarlo. Lo peor que se le puede hacer a un niño tímido es forzarlo a hacer algo que no quiere.
Identifíquelos
No socializan. Se mantiene fuera de los grupos de su edad, prefiere estar solo, se aparta y muestran inseguridad e inferioridad.
Confusión. Tiene miedo a las personas extrañas, a los lugares y a las cosas desconocidas. Habla poco, aunque tenga un buen vocabulario, y suele hacerlo en voz baja.
Identificados. Como le cuesta jugar con otros niños, se crea un mundo propio imaginario, se abstrae y aísla sin razón.
Educación. No genera problemas disciplinarios ni pide ayuda, es posible que en muchos casos su aislamiento vaya de la mano con su bajo rendimiento.
Comportamiento. Los niños tímidos tienen un nivel bajo de autoestima, son inseguros, solitarios y buscan refugio en sus propios juegos.