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Se descubre el primer brote de ébola en Guinea Conakry

  • Actualizado: 17 diciembre 2014 /

La epidemia de ébola en África ocasionó más de 6,000 muertes.

Guinea Conakry.

La incógnita generada en África Occidental luego de que varios pacientes resultaran afectados por una fiebre hemorrágica en el sur de Guinea, cuyos síntomas incluían diarrea, vómitos y sangrado fue despejada cuando las autoridades de salud informaron que se confirmó finalmente que la enfermedad era causada por el mortal virus del ébola.

Las alarmas se encendieron en ese contienente, tras revelarse que aún no existe cura para este virus, altamente contagioso. El brote, -y así fue llamado durante meses para evitar la palabra epidemia-, surgió a principios de marzo en Guinea Conakry. Su origen más probable, en un país donde la caza e ingesta de murciélagos y monos es un hábito común, fue el contagio animal.

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Antes de que finalizara marzo, el virus había matado a casi un centenar de personas y se había propagado al país vecino, Liberia, el más afectado hoy en día.

La pesadilla biológica de África se convirtió en uno de los capítulos más vergonzosos para la comunidad internacional, tras la tardía reacción ante la epidemia. La Organización Mundial de la Salud decretó el estado de alerta cuatro meses después de que surgiera el brote, cuando el virus ya había cruzado varias fronteras y el número de muertos rozaba el millar.

Cuando atravesó océanos y abordó otros países (Estados Unidos y España), muchos gobiernos comenzaron a percibirlo como una amenaza de potencialidad extrema, y no como un problema más de un pequeño rincón del continente olvidado.

Barack Obama envió 2.100 soldados y la Unión Europea y otros países comprometieron centenares de millones de euros, pero muy pocos aportaron lo que todos los expertos coincidieron en señalar como necesidad más urgente: médicos.

Sólo China, que ha enviado cerca de un millar de facultativos y Nigeria y Cuba, con cerca de quinientos cada uno, han concretado sus promesas.

Según un último recuento de la OMS del lunes pasado, la epidemia de esta fiebre hemorrágica causó 6.331 muertos entre los 17.800 casos de contagio detectados en los tres países más afectados de África del Oeste hasta el 6 de diciembre.