Michael Phelps hizo la proeza más grande del deporte olímpico en el año. El nadador estadounidense se convirtió en leyenda después de haber conquistado ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing, algo nunca antes logrado por un deportista de cualquier índole.
El Tiburón de Baltimore tenía la misión de superar lo hecho por su compatriota Mark Spitz, quien alcanzó siete preseas de oro en las olimpíadas de Munich en 1972.
Phelps comenzó a ganarse el respeto y muchos millones por publicidad, de hecho en una encuesta realizada por la Universidad de Navarra fue designado el deportista más mediático de Pekín.
Batió muchas plusmarcas, algunas impuestas por él mismo, y eso lo puso encima de los deportistas en el mundo. Además, es el hombre que más ha totalizado preseas doradas con 14, ya que había ganado 6 oros en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004; es uno de los atletas más jóvenes en alcanzar una hazaña como ésa.