Miami.
Desde que se iniciara la batalla legal entre Marc Anthony y su primera esposa, la modelo Dayanara Torres, la que fuera Miss Universo ha tratado de convencer al tribunal de que el importe de la manutención que el artista le pasa mensualmente para el cuidado de sus hijos es escandalosamente bajo, teniendo en cuenta que el portorriqueño es uno de los intérpretes más acaudalados de la escena musical.
El famoso cantante no ha dudado en explicar con detalle que sus ganancias no son “tan cuantiosas” como asegura su exmujer. El también exesposo de Jennifer López ha entregado una nueva serie de documentos a la corte que demostrarían que, en vez de haber amasado una fortuna de 60 millones de dólares en los últimos cuatro años -según Dayanara-, su carrera le ha permitido ingresar 40 millones en su cuenta.
El astro de la música quiere dejar las cuentas bien claras para que nadie malinterprete los intentos de su exmujer por conseguir que los 13 mil dólares que recibe en concepto de manutención se incrementen hasta los 113 mil, unas exigencias que el equipo legal de Marc Anthony achaca a la “codicia” de la modelo y a la nefasta gestión que haría diariamente de sus propios recursos. Ello explicaría en realidad que Dayanara y sus dos pequeños se vieran obligados supuestamente a abandonar su lujosa mansión del valle de San Fernando (California) para acabar residiendo en un modesto hotel, como denunció recientemente la propia maniquí.
Premios y lujos
En lo referente a su faceta pública y a su carrera musical, Marc no ha dejado de irradiar felicidad y optimismo ante los éxitos que ha venido encadenando por su último disco, 3.0, y por la gira musical.
Las recompensas al trabajo bien hecho (reflejadas en los 10 premios Billboard Latinos que se llevó el jueves pasado) parecen dejar en un segundo plano otros de los muchos gastos en los que incurre con frecuencia para mantener su envidiable estilo de vida: un millón de dólares por su residencia de California, 700 mil dólares por el alquiler de dos pisos en Nueva York y 400 mil dólares para sufragar la limpieza y el mantenimiento de todas sus viviendas, según recogen los documentos remitidos al juzgado.
