17/12/2025
12:08 PM

lnmortalidad del pintor Pablo Zelaya Sierra

Murió incomprendido, pobre y joven en el hospital San Felipe de Tegucigalpa. Un derrame cerebral cegó su vida a los 36 años, según cuentan, apenas cinco meses después de haber retornado de España, donde había vivido 12 años, de 1920 a 1932.

Murió incomprendido, pobre y joven en el hospital San Felipe de Tegucigalpa. Un derrame cerebral cegó su vida a los 36 años, según cuentan, apenas cinco meses después de haber retornado de España, donde había vivido 12 años, de 1920 a 1932.

Pablo Zelaya Sierra, a quien la historia de la plástica nacional designa como 'padre de la pintura hondureña', nació el viernes 30 de octubre de 1896 en Ojojona, Francisco Morazán.

Hace más de un siglo falleció, pero sus ideas y su obra perduran. Ahora, por primera vez en San Pedro Sula, se expone parte de su legado en el museo Daisy Fasquelle Bonilla. Son 19 obras, pinturas y dibujos por medio de los cuales se aprecia la evolución de su trabajo. La exposición alberga piezas de tres colecciones: Banco Central de Honduras, BCH; Academia Nacional de Bellas Artes, e Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Ihah.

Pinturas claves como 'La muchacha del huacal', 'Las monjas', 'Hermanos contra hermanos' o 'Los cazadores' han salido de la pinacoteca Arturo H. Medrano del BCH y durante un mes permanecerán en este museo ubicado en el edificio del BCH, 5 avenida y 3 calle del barrio El Centro.

En la línea del olvido

El límite de espacio nos obliga a pergeñar su vida. Se graduó de maestro en la Escuela Normal de Varones, el primer año cubrió los gastos de estudio trabajando como sirviente en el mismo centro. En 1916 viajó a Costa Rica y laboró como maestro en un pueblo de Nicoya. En 1920 el gobierno de Honduras le concedió una beca para estudiar en la Academia San Fernando de Madrid, pero se la suspendieron seis meses después. Sin embargo, Zelaya Sierra, con esfuerzo propio, permaneció 12 años en España.

Rúdrico Ernesto Argueta, curador de la exposición, dice que Zelaya Sierra aún es un proyecto que no se 'ha terminado de estudiar'. Añade que el pintor, en su texto 'Apuntes a lápiz', deja claros los ideales por los cuales decide regresar a su patria. La última vez que ese libro se imprimió fue en 1983, cuando se inauguró el museo de Zelaya Sierra en Ojojona. Siete años después de la muerte del artista, en 1940, se creó la Academia de Bellas Artes.