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Las estrellas latinas que han sufrido acoso

  • 18 diciembre 2012 /

La cantante Gloria Trevi y otros famosos comparten historias de maltrato escolar

    Pueden pisar sin ningún problema un escenario, enfrentarse a la crítica como guerreros e incluso han aprendido a ganarse las ovaciones de auditorios repletos, pero hace varios años Diego Luna, Gloria Trevi, Ana Serradilla, Bruno Bichir y Marcello Lara, integrante de Moderatto, fueron estudiantes como cualquier otro, que sufrieron o ejercieron el llamado bullying o acoso escolar.

    Luna fue de los que más lo padeció, pues de niño tenía varios kilos de más. “Claro que sí lo viví, yo era gordo de niño y de adolescente. Claro que lo sufrí, pero lo superé”, asegura el actor, quien prefirió no ahondar en detalles.

    Desde que inició su carrera, Trevi se ha caracterizado por tener un carácter desinhibido en escena; sin embargo, de pequeña su personalidad era distinta.La regia dice que era una niña tímida y estaba muy lejos de ser “la popular” de la escuela, lo que la llevó a ganarse apodos que prefiere mantener en el olvido.

    “Fui súper ‘buleada’, era el patito feo en la escuela, era una niña bastante callada. Me jalaban las trenzas, me ponían apodos, me decían La India Trevi. Creo que la misma inocencia de la niñez, de no saber el daño que estás haciendo, te puede hacer cruel”, señala.

    Bruno Bichir también lo padeció en el colegio. “Fui víctima de bullying por una u otra razón. No recuerdo nada tan brutal como un acoso constante y sistemático, pero sí alguna vez alguien me hizo burla o se querían pelear conmigo, incluso el desprecio de una chica. Pero me tocó de tal manera que me impuse ante ello”, dice.En algunos casos, las burlas llegaron hasta la universidad, como le pasó a Ana Serradilla.

    La actriz de Cansada de Besar Sapos asegura que cuando estudiaba diseño gráfico le inventaron un chisme tan grande, que no sólo ocasionó que la rechazaran, sino que dejara la carrera y mejor optara por la actuación.“Había una situación de envidias muy fuerte y de pronto una chica logró que todos me dejaran de hablar y que casi casi caminaran para otro lado cuando nos encontrábamos en los pasillos.

    Era una cosa que yo no entendía. Años después se lo agradezco mucho, se disculpó conmigo. Nunca supe exactamente lo que dijo, ni me importó averiguarlo, pero le agradecí enormemente que se haya acercado”, compartió.