EUA.
Puede que Kim Kardashian se destacara hace casi dos años como una firme partidaria de la candidatura presidencial de la demócrata Hillary Clinton, pero eso no significa que la estrella televisiva no esté dispuesta a trabajar codo con codo con la nueva administración republicana y, sobre todo, con el actual presidente Donald Trump haciendo uso de su creciente influencia en los círculos políticos de más alto nivel.
Tanto es así, que a finales de la semana pasada el mundo se quedó boquiabierto cuando se hizo pública la única foto que confirmaba que Donald Trump y Kim Kardashian habían mantenido una reunión privada nada menos que en el Despacho Oval, un encuentro del que la esposa de Kanye West, como ha confesado ahora, salió gratamente sorprendida.
'Casi nunca me siento intimidada cuando estoy con personalidades públicas o gente famosa. Pero me quedé de piedra al entrar en el Despacho Oval, porque irradiaba una fuerza y un poder... Podías sentir toda la historia que encierra esa estancia. Me tomé un par de segundos para asimilar lo que estaba pasando, y luego empezamos a hablar', ha explicado en una entrevista al canal CNN.
Además de elogiar al mandatario republicano por la 'amabilidad y la comprensión' con las que se dirigió en todo momento a ella, la más famosa del televisivo clan Kardashian no ha dudado en exhibir su más profundo agradecimiento hacia el magnate por la decisión que tomó solo unas horas después de su encuentro en la Casa Blanca: la de conceder un indulto presidencial a la sexagenaria Alice Marie Johnson.
Esa era precisamente la misión que se había encomendado a sí misma Kim Kardashian con su viaje exprés a la capital federal, la de persuadir al presidente de que pusiera fin a la injusta encarcelación de esta mujer que, en el año 1997, fue condenada a cadena perpetua por varios delitos ligados al tráfico de drogas y, en opinión de numerosos activistas, a la necesidad de garantizar la supervivencia económica de su familia.
'El presidente sabía que no era justo que siguiera en prisión y, de hecho, me dijo: 'Es verdad que lleva demasiado tiempo ahí encerrada, no es normal'. En cuanto le conté su historia y la situación en que había dejado a los suyos, el presidente tenía claro que lo correcto era ordenar su liberación. Así que, al fin y al cabo, nos ha escuchado y ha actuado en consecuencia. Hemos hecho el trabajo, que era lo más importante', ha aseverado en la misma conversación.
Puede que Kim Kardashian se destacara hace casi dos años como una firme partidaria de la candidatura presidencial de la demócrata Hillary Clinton, pero eso no significa que la estrella televisiva no esté dispuesta a trabajar codo con codo con la nueva administración republicana y, sobre todo, con el actual presidente Donald Trump haciendo uso de su creciente influencia en los círculos políticos de más alto nivel.
Tanto es así, que a finales de la semana pasada el mundo se quedó boquiabierto cuando se hizo pública la única foto que confirmaba que Donald Trump y Kim Kardashian habían mantenido una reunión privada nada menos que en el Despacho Oval, un encuentro del que la esposa de Kanye West, como ha confesado ahora, salió gratamente sorprendida.
'Casi nunca me siento intimidada cuando estoy con personalidades públicas o gente famosa. Pero me quedé de piedra al entrar en el Despacho Oval, porque irradiaba una fuerza y un poder... Podías sentir toda la historia que encierra esa estancia. Me tomé un par de segundos para asimilar lo que estaba pasando, y luego empezamos a hablar', ha explicado en una entrevista al canal CNN.
Además de elogiar al mandatario republicano por la 'amabilidad y la comprensión' con las que se dirigió en todo momento a ella, la más famosa del televisivo clan Kardashian no ha dudado en exhibir su más profundo agradecimiento hacia el magnate por la decisión que tomó solo unas horas después de su encuentro en la Casa Blanca: la de conceder un indulto presidencial a la sexagenaria Alice Marie Johnson.
Esa era precisamente la misión que se había encomendado a sí misma Kim Kardashian con su viaje exprés a la capital federal, la de persuadir al presidente de que pusiera fin a la injusta encarcelación de esta mujer que, en el año 1997, fue condenada a cadena perpetua por varios delitos ligados al tráfico de drogas y, en opinión de numerosos activistas, a la necesidad de garantizar la supervivencia económica de su familia.
'El presidente sabía que no era justo que siguiera en prisión y, de hecho, me dijo: 'Es verdad que lleva demasiado tiempo ahí encerrada, no es normal'. En cuanto le conté su historia y la situación en que había dejado a los suyos, el presidente tenía claro que lo correcto era ordenar su liberación. Así que, al fin y al cabo, nos ha escuchado y ha actuado en consecuencia. Hemos hecho el trabajo, que era lo más importante', ha aseverado en la misma conversación.