Los Ángeles, Estados Unidos.
Las manos y pies de Jessica Chastain ya figuran en el afamado Teatro Chino de Hollywood, próximas a las de sus grandes ídolos: Elizabeth Taylor y Bette Davis, las dos enormes actrices en las que, según esta californiana que el 24 de marzo cumplirá 40 años, han inspirado su carrera.
Un acto que ha servido de homenaje a una trayectoria cinematográfica corta (su primer gran papel fue en Blackbeard, en 2006) pero intensa, en la que destacan sus trabajos en The Help (Criadas y señoras) y Zero dark thirty (La noche más oscura), dos películas que le abrieron las puertas de Hollywood a modo de nominaciones a los Óscar, la primera como mejor actriz de reparto y la segunda como actriz principal.
En esta última, interpreta el papel de una joven agente de la CIA, cuya inteligencia, perseverancia y carácter permiten localizar al terrorista Bin Laden, un papel que consolidó su carrera y que, a pesar de no recibir el Óscar, sí le llovieron numerosos premios: el Globo de Oro a la mejor actriz, la National Board of Review, los SAG (Sindicato de Actores de Estados Unidos) o los Critics’ Choice, entre otros.
Atrevida
Además de los premios, el papel de la agente Maya permitió a Chastain mostrarse más allá de Hollywood. “No me siento como una estrella, sino como una actriz”, se defendía en 2014, a su paso por el Festival de Cannes donde presentó The Disappearance of Eleanor Rigby: Them (La desaparición de Eleanor Rigby), una cinta dirigida por Ned Benson, el mismo director con el que empezó a meter la cabeza en el cine cuanto tenía 25 años.
Fue en 2002, cuando la joven Chastain coincidió con un bisoño Benson (ambos nacieron en 1977) que presentaba un corto en un festival de cine en Los Ángeles. “Hola, soy Jessica. ¿Tú eres el que ha rodado eso? Acabo de graduarme como actriz y quiero trabajar contigo”, le dijo.
Una década después, Chastain ya era una reconocida actriz, con dos nominaciones a los premios de la Academia bajo el brazo y recomendada por Al Pacino al director Terrence Malick para que actuara en The Tree of Life (El árbol de la vida), junto a junto a Sean Penn y Brad Pitt. A pesar del notoriedad, la pelirroja californiana se volcó en el primer filme de Benson, como actriz y coproductora.
Interstellar, The Martian, A Most Violent Year, Crimson Peak o The Huntsman. Winter’s War aparecen como últimos títulos en su filmografía, mientras espera el estreno de otros filmes como The Zookeepers’s Wife, The Death and Life of John f. Donovan, Molly’s Game o Miss Sloane y se cuenta que ha ido rechazando papeles en películas como Iron Man 3 o Diana, esta última donde hubiera interpretado a Lady Di, la princesa que falleció en un accidente automovilístico.
Las manos y pies de Jessica Chastain ya figuran en el afamado Teatro Chino de Hollywood, próximas a las de sus grandes ídolos: Elizabeth Taylor y Bette Davis, las dos enormes actrices en las que, según esta californiana que el 24 de marzo cumplirá 40 años, han inspirado su carrera.
Un acto que ha servido de homenaje a una trayectoria cinematográfica corta (su primer gran papel fue en Blackbeard, en 2006) pero intensa, en la que destacan sus trabajos en The Help (Criadas y señoras) y Zero dark thirty (La noche más oscura), dos películas que le abrieron las puertas de Hollywood a modo de nominaciones a los Óscar, la primera como mejor actriz de reparto y la segunda como actriz principal.
En esta última, interpreta el papel de una joven agente de la CIA, cuya inteligencia, perseverancia y carácter permiten localizar al terrorista Bin Laden, un papel que consolidó su carrera y que, a pesar de no recibir el Óscar, sí le llovieron numerosos premios: el Globo de Oro a la mejor actriz, la National Board of Review, los SAG (Sindicato de Actores de Estados Unidos) o los Critics’ Choice, entre otros.
En mayo llegó a la pantalla grande en “El Cazador y la reina del hielo”, donde dio vida a Sara la guerrera.
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Además de los premios, el papel de la agente Maya permitió a Chastain mostrarse más allá de Hollywood. “No me siento como una estrella, sino como una actriz”, se defendía en 2014, a su paso por el Festival de Cannes donde presentó The Disappearance of Eleanor Rigby: Them (La desaparición de Eleanor Rigby), una cinta dirigida por Ned Benson, el mismo director con el que empezó a meter la cabeza en el cine cuanto tenía 25 años.
Fue en 2002, cuando la joven Chastain coincidió con un bisoño Benson (ambos nacieron en 1977) que presentaba un corto en un festival de cine en Los Ángeles. “Hola, soy Jessica. ¿Tú eres el que ha rodado eso? Acabo de graduarme como actriz y quiero trabajar contigo”, le dijo.
Su papel en “Criadas y señoras” le ayudó a su despunte internacional.
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Interstellar, The Martian, A Most Violent Year, Crimson Peak o The Huntsman. Winter’s War aparecen como últimos títulos en su filmografía, mientras espera el estreno de otros filmes como The Zookeepers’s Wife, The Death and Life of John f. Donovan, Molly’s Game o Miss Sloane y se cuenta que ha ido rechazando papeles en películas como Iron Man 3 o Diana, esta última donde hubiera interpretado a Lady Di, la princesa que falleció en un accidente automovilístico.
Su papel de analista de la CIA en “La noche más oscura” le dio su segunda nominación al Óscar.
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