Los Ángeles, Estados Unidos
La actriz Jessica Chastain, siguiendo el camino de su ídolo Elizabeth Taylor, sumergió sus manos y pies en cemento en la calzada del afamado Teatro Chino, en un homenaje a su carrera que cuenta con dos nominaciones al Óscar.
Con los ojos escondidos tras las gafas de sol, luchó para controlar sus emociones mientras recordaba el apoyo e incentivo de su familia para entrar en la actuación y la inspiración que encontró en el trabajo de las grandes actrices de la época de oro de Hollywood.
Orgullosa
“Tener la huella de mis manos al lado de estas mujeres, como Elizabeth Taylor y Bette Davis, es realmente inimaginable. Aún no me lo creo”, indicó Chastain de 39 años.
“Estas mujeres están entre un grupo de mujeres que con su talento me inspiraron a seguir una carrera en el cine”, añadió.
Nacida en una familia de clase media del norte de California, la guapa pelirroja comenzó a bailar a los 9 años, y en su adolescencia hizo papeles en montajes de obras de Shakespeare en el área de San Francisco.
Chastain, quien asumió el apellido de soltera de su madre (su verdadero nombre es Jessica Howard), comenzó a ser reconocida después de compartir la tarima con Al Paccino, quien después la recomendó a Terrence Malick para El árbol de la vida.
Pero su éxito erupcionó en 2011, cuando participó en seis películas, incluida Historias cruzadas, por la que fue nominada al Óscar como mejor actriz de reparto por su papel como la rubia tonta Celia.
Y en 2013 recibió la nominación a mejor actriz por su papel de analista de la CIA en La noche más oscura de Kathryn Bigelow.