En nombre de Honduras, Fosforito y Bombín viajarán a México, donde compartirán con 700 payasos de todo el mundo en la Convención Internacional de Payasos que comenzará el 19 de octubre.
Con sus propios recursos, padre e hijo han decidido participar para demostrar que Honduras tiene representantes dignos cuyo ingenio traspasa las fronteras patrias.
“Ser payaso es una profesión digna, queremos mostrar la calidad del talento hondureño, es una oportunidad valiosa y por eso mi hijo y yo decidimos hacer un sacrificio y participar en ese evento”, dice Fosforito.
Para realizar el viaje, los artistas han tocado las puertas de autoridades locales y de empresarios con el fin de recaudar fondos y sufragar parte de los costos.
Trayectoria
Arnaldo Escobar, cuyo nombre artístico es Fosforito, comenzó a trabajar hace 13 años como payaso en una iglesia evangélica. Pintaba el rostro de los niños a fin de obtener ingresos para la iglesia.
Eso despertó su talento y comenzó a realizar presentaciones en cumpleaños y eventos a los que lo invitaban.
Si algo tenía claro cuando comenzó su carrera como payaso era la necesidad de entregar calidad. La vistosidad de su vestuario y la manera de pintar su rostro le han permitido ganar varios reconocimientos en encuentros de payasos a nivel internacional.
“Cuando salimos de Copán y vamos a otras ciudades la gente no cree que somos payasos hondureños, piensan que somos de otro país”, dice.
En familia
“Estamos orgullosos de nuestro trabajo, es una oportunidad de oro para hacer reír a la gente y que se olvide de los problemas. Vamos contentos a México y esperamos el apoyo de nuestra gente”, añade.
Daniel, el hijo de Fosforito, desde pequeño siguió los pasos de su padre y han formado un dúo admirado en Occidente.
Los fines de semana es posible encontrar a Bombín y a Fosforito en el parque, donde comparten sus historias, animan, entretienen y pintan los rostros de los niños que los admiran.