Adaptarse a diferentes opiniones y personalidades no es fácil en la vida de un profesional y más aún cuando se debe trabajar en grupo.
El espíritu de equipo es algo que debe predominar en aquellas organizaciones que trabajan en base a objetivos de un grupo, planes o ideas que éstos deben aportar. Pero cuando hay falta de colaboración o adaptación en el área la productividad se verá afectada, dice la psicóloga laboral, Cinthia Fu.
El trabajo en equipo está basado en la regla
• Coordinación: generalmente los equipos están liderados por uno de sus miembros que se encarga de organizar y planificar el trabajo del resto, enfocando el proyecto hacia un exitoso resultado común.
• Complementariedad: cada miembro del equipo ejecuta una tarea distinta de acuerdo con su perfil, de modo que exista una base de competencias no solapadas sino especializadas y complementarias
• Comunicación: los miembros de un equipo deben relacionarse de forma abierta, expansiva hacia el resto, de modo que todos tengan conocimiento y opinión.
• Compromiso: el objetivo a conseguir no es individual de cada cual, sino común, por tanto todos y cada uno de los miembros deben obligarse y responsabilizarse del trabajo propio que pertenece a un todo común y solidario.
• Confianza: clave del trabajo conjunto es la confianza y la fe en el trabajo de los compañeros, la creencia de que cada uno intenta dar lo mejor de sí respecto a la responsabilidad y al logro compartido.
Un individuo capaz de acatar la regla de las cinco C y, por tanto, apto para formar parte activa de un equipo de trabajo, tendrá las siguientes características psicológicas:
• Adaptabilidad y flexibilidad: escritura clara, preferentemente curva en forma y enlaces, predominio de guirnaldas, de tamaño normal, cohesión ligada o agrupada.
• Habilidades comunicativas: óvalos sencillos o ligeramente abiertos, escritura ligeramente inclinada hacia la derecha y en guirnalda, claridad del conjunto escritural, margen derecho pequeño.
• Capacidad de compromiso: escritura ligada o agrupada, dinamismo, uniformidad y control en general, firma sencilla y próxima al texto.
• Orientación a resultados: escritura organizada, rasgos dinámicos y progresivos, buena ocupación de la página.