Drew Barrymore, que debutó en el cine con sólo cuatro años, no ha tenido una vida fácil, pero ha sabido sobreponerse a los baches y conseguir ser feliz. En una entrevista para la revista Glamour, la actriz ha explicado cómo influyeron en ella los problemas familiares y de drogas, y cómo ha conseguido labrarse una carrera en el cine y ser dichosa al lado de sus amigos.
Barrymore empezó en el mundo del cine a temprana edad y su primer gran éxito le llegó a los siete con “E.T.”, aunque lo que vino después no fue precisamente agradable. La actriz ya era una adicta a las drogas a los nueve años, y con 13 fue ingresada en una clínica de desintoxicación.
Pero superó sus problemas de salud y se distanció de su madre, con la que no había tenido más que enfrentamientos. Poco a poco las cosas empezaron a mejorar y ahora, a sus 34 años, la actriz se encuentra en la cumbre del éxito profesional y mejor acompañada que nunca.
Época difícil
Según declaró en la entrevista, “la época del colegio fue un infierno, yo era la gordita de la clase de la que todo el mundo se reía”. Claro que Drew destaca que ese sufrimiento le ha hecho llegar a donde está ahora: “Son precisamente los niños que sufren en clase los que después triunfan en la vida”.
“La gente más divertida, más artística, es aquella que la pasa mal en el colegio porque aprende de sus historias, de su infancia difícil”, continúa Drew.
Ella ha experimentado esa evolución, y ahora se encuentra muy segura de sí misma.
