El zumo de lima o de limón se viene utilizando desde la antigüedad para limpiar las paredes vaginales y proteger contra las infecciones.
Sin embargo, en contra de lo que se creía, su acidez no es capaz de inactivar el líquido seminal y puede dañar las células de la vagina.
Este hallazgo demuestra que el uso de este producto puede estar favoreciendo la infección con el vih en lugar de impedirla.
El zumo de cítricos es famoso en la literatura médica desde tiempo inmemorial. Los marinos lo bebían para protegerse contra el escorbuto y las mujeres o los cirujanos empleaban lo usaban para desinfectar.
Esta práctica sigue en vigor: de 200 prostitutas entrevistadas en el 2004 en la ciudad nigeriana de Jos, 163 empleaban este jugo para prevenir el embarazo y las infecciones tras el contacto sexual.
Aclaración
En la reunión anual sobre microbicidas, celebrada en Ciudad del Cabo, los expertos echaron por tierra los tradicionales beneficios y la seguridad que se le concede a este método.
Hasta ahora se pensaba que el ácido es capaz de inmovilizar a los espermatozoides en menos de dos minutos y eliminar todos los patógenos, incluido el vih.
Las investigaciones habían mostrado cómo una disolución de una parte de zumo en cinco de agua es capaz de conseguir este efecto.
Realidad
El líquido seminal es demasiado alcalino como para neutralizarlo con diluciones de este cítrico.
El grado de acidez de este zumo tan concentrado lesiona el epitelio que recubre las paredes de la vagina.