24/05/2025
10:39 AM

El ladrón se hizo presente en mi casa

Las autoridades se 'apersonaron' al lugar de los hechos. Apersonar en un principio es sinónimo de engalanarse o vestirse con esmero. Pero este concepto ya es arcaico y ahora es la misma cosa que personarse, es decir, presentarse personalmente a un lugar.

    Las autoridades se 'apersonaron' al lugar de los hechos. Apersonar en un principio es sinónimo de engalanarse o vestirse con esmero. Pero este concepto ya es arcaico y ahora es la misma cosa que personarse, es decir, presentarse personalmente a un lugar.

    La oración con que se comienza este párrafo no tiene ninguna anomalía, pero como al lector común, que es la mayoría, no le importan los circunloquios y su deseo es recibir con brevedad el mensaje, sin lacerar el objetivo del texto, lo mejor habría sido: 'Las autoridades se presentaron al lugar de los hechos' y entramos en la economía de la lengua. Y hablando de persona, es muy común el uso del término 'personero' con el equivalente de empleado o funcionario, especialmente de una institución oficial. Personero es alguien que gestiona o soluciona negocios ajenos, nada tiene que ver con ese uso que actualmente se le está dando.

    Hay persistencia en la actitud redundante de muchos hablantes. La redundancia tiene sus usos determinados sobre todo en la lengua literaria. Pero en el ámbito denotativo no es igual. 'Lizza tuvo una ‘pareja’ de gemelas' es una idea repetitiva porque no hay gemelos más que de dos seres. Si el parto fue de tres bebés son trillizos, si fue de cuatro, cuatrillizos. Sin embargo, cada uno de la pareja es un gemelo. Cindy es gemela de Fabiola.

    En otros casos aparecen situaciones raras: un periodista de una radioemisora de San Pedro Sula comentaba que en su colonia apenas un policía 'patrulla' por las noches. Patrullar viene de patrulla: grupo de personas, de gente armada. Decir aquello es como afirmar que el Marathón es un equipo de un solo jugador. Nuestro comunicador quiso decir que 'allá en su zona un solo policía resguarda por las noches'.

    Es frecuente leer o escuchar que los colegios del Gobierno 'adolecen' de la falta de pupitres. Qué mala esta prosopopeya. Adolecer es causar dolencias y la figura de estilo no anda bien adecuada con el ejemplo que aquí se ilustra. Lo más fácil es decir que 'carecen de pupitres' o que 'sufren' por la falta de mobiliario.

    San Pedro Sula ha 'sufrido' cambios positivos. Sufrir y adolecer son muy amigos, caminan muy de cerca en los senderos de la lengua española. Sufrir en su sentido original, representativo y denotativo es sentir física o moralmente un daño, un dolor, un castigo o una enfermedad. Tiene otras acepciones que siempre giran alrededor de lo mismo: soportar, resistir, tolerar. Pero este verbo nada tiene que ver con 'experimentar, observar, tener'. Por qué darle vueltas al asunto si es tan fácil decir que 'San Pedro Sula ha observado cambios positivos'; si los hubiera 'sufrido' sería una desgracia. No obstante, sí es válida la frase 'San Pedro Sula sufre por problemas de la delincuencia' porque en este caso apunta a actos de padecimiento moral y material.

    'Me hice presente' y 'me presenté' tienen igual estructura superficial, pero diferente estructura profunda. 'Me hice presente' va orientado a un hecho formal donde me han invitado: 'Daniel se hizo presente a la graduación de Tania', sonaría feo decir que este muchacho se presentó a ese acto. Pero no cabe la idea de que 'la Policía se hizo presente a desalojar a los manifestantes' porque era su obligación y de ninguna manera es de carácter formal; sencillamente 'la Policía se presentó a desalojar a los manifestantes'. Es posible que 'el ladrón se hizo presente en mi casa' porque yo la había invitado, pero si no fue así, la frase resulta absurda.