Para el actor hondureño Edgar Flores, protagonista de la película ‘Sin Nombre’, que estrenó este fin de semana, el haber participado en este trabajo es un sueño hecho realidad.
“Lo que más me llamó la atención fue la crudeza”, nos dijo Flores, vía telefónica desde Tegucigalpa, Honduras, sobre la película publicó El Diario de Estados Unidos.
En ‘Sin Nombre’, escrita y dirigida por el estadounidense Cary Joji Fukunaga (de origen japonés y sueco), Flores interpreta a Willy —alias El Casper—, un integrante de la pandilla Mara Salvatrucha que reside en Tapachula (México), y que se dedica a atracar a los migrantes que viajan encaramados en los techos de los trenes de carga que atraviesan toda la República Mexicana para llegar a la frontera y adentrarse en los Estados Unidos.
En el filme, Casper se convierte en prófugo de su propia pandilla cuando durante un atraco a los centroamericanos que viajan en el techo del tren, mata al líder de la banda porque horas antes éste asesinó a su novia mexicana, cuando intentaba violarla.
Descorazonado, Casper sigue el trayecto de los migrantes que viajan sobre el tren, muy a pesar de ellos, pero la joven hondureña Sayra (interpretado por Paulina Gaitán) — que se encuentra con su padre y su tío—, se compadece de él tras éste salvarle la vida y desarrolla un interés amoroso por el pandillero.
Durante el viaje, Casper y Sayra no sólo deberán librarse de la persecución de los Maras, sino también de algunos atropellos de la gente de los pueblos que atraviesan.
La interpretación del actor ‘catracho’ (nombre que se utiliza como sinónimo para referirse a los hondureños) como el joven “marero” que busca un sentido a su vida es una de las mejores actuaciones de filme.
“Al principio y durante la filmación me propuse trabajar más duro y más duro. La ayuda que Cary y de los otros actores que tenían más experiencia me ayudó mucho”, expresó Flores, de 20 años.
Aunque el actor, que reside lo que podría considerarse como un lugar marginal en Tegucigalpa, el barrio El Rincón, enfatizó que nunca le llamado la atención el tipo de vida que viven los pandilleros.
Aunque ésta es su primera actuación en una película, Flores trabajó en la televisión de su país hace dos años cuando formó parte del elenco de la primera miniserie hondureña titulada “Diferentes a Todos”. La serie era un proyecto conjunto de la Secretaría de Salud de Honduras y la UNICEF, dirigido a jóvenes entre 12 y 22 años que están sexualmente activos, para educarlos sobre las enfermedades de transmisión sexual.
“Acá tenemos un problema por el alto número de VIH y la serie iba en ése sentido”, explicó el actor.
Sobre el tema de la migración, Edgar recordó que ha tenido amigos y familiares que han emigrado a los EE.UU.
Uno de ellos fue su abuelita que lo hizo durante la década de los 80 y recientemente su cuñado que residió en El Bronx. Este quería que Edgar viajara hasta acá, pero el papá del joven no se lo permitió.
De acuerdo a Edgar, los abusos que se cometen contra los migrantes es lo misma en toda Centroamérica que en Estados Unidos, ya que cuando se dice migrante la gente se imagina que son “ladrones y asesinos”.
“Como dice la película, los emigrantes no tienen ni voz ni voto (...) es un problema que lleva añales (sic), pues”, concluyó, quien viajaba en estos días al Festival de Cine de Guadalajara para la proyección del filme.