Redacción. La iglesia de La Guadalupe fue el recinto donde amistades y familiares de Noelia María Bravo Mejía y Eduardo Narváez Boersner se congregaron para ser testigos de las promesas de amor de los enamorados.
La novia, que lució un suntuoso diseño escotado confeccionado en satín color blanco de Sposa, bordado con incrustaciones de cristal, ingresó al recinto del brazo de su padre, quien la entregó al elegante novio, ataviado con un esmoquin negro. Durante la emotiva ceremonia se escucharon las interpretaciones del quinteto Ópera. La misa de esponsales la ofició el padre Santiago Gauthier, quien aconsejó a la feliz pareja para emprender con dicha su nueva vida matrimonial. Eduardo y Noelia eligieron como padrinos del enlace a Claudia Villatoro y Fernando Lezama. Una vez declarados como esposos, se trasladaron junto a sus selectos invitados hasta la hacienda El Trapiche, donde se realizó la recepción que se prolongó hasta el amanecer del domingo. La estancia se llenó de romanticismo durante el tradicional baile del vals.
Dato
La feliz pareja disfrutará de su luna de miel en la paradisíaca isla de Roatán.

Idania y Noel Bravo, padres de la novia.