¿Le preocupa que su pequeño salte en los charcos, suba a los árboles o se entretenga buscando insectos y jugando con tierra? Aunque no lo crea, estas actividades resultan beneficiosas en su proceso de crecimiento.
Muchos padres viven temerosos por todo lo que sus hijos tocan; sin embargo, darles espacio a fin de que descubran la naturaleza les ayuda a mantenerse sanos física y emocionalmente.
La directora del centro educativo Smil Children Roca Fuerte, Karla Granados, dice que estas actividades, además de ayudarles a crear defensas en su organismo, les hacen sentir libertad de expresión y movimiento, despiertan aún más la curiosidad y crean la necesidad de explorar todo a su alrededor. Una vez que pueden tocar y palpar son capaces de crear e inventar.
La sicóloga Martha Mejía indica que la libertad de explorar la naturaleza agudiza los reflejos de los infantes, mejora el aprendizaje y favorece la interacción con los demás.
Jugar y tener contacto diario con la naturaleza no es un simple pasatiempo, es la antesala a su mejor formación creativa.
'Hay evidencia científica que demuestra que la libertad de ensuciarse, el juego, el ejercicio físico u otras actividades cotidianas benefician el desarrollo físico y mental de los niños', dice John Richer, sicólogo y pediatra del hospital John Radcliffe de Oxford, Inglaterra.
Consejos
1. Los niños pueden jugar y disfrutar de la naturaleza siempre y cuando estén bajo el cuidado de los adultos.
2. Cuando el pequeño juega en su ambiente natural es feliz; se ha comprobado científicamente esta teoría.
Opiniones
Los gérmenes y virus que causan enfermedad también ayudan a que el sistema natural de defensa se desarrolle de forma saludable'. Samuel Santos, pediatra
La libertad de explorar su mundo es parte del desarrollo emocional; la felicidad está en la libertad que tienen para descubrir y jugar'. Martha Mejía, sicóloga