La actriz ganadora del Óscar, Cate Blanchett, elige una fragancia diferente para cada uno de sus personajes como una forma de infundirles un sentido de identidad.
“Jasmine olía a miedo y desesperación y sudor”, dijo Blanchett sobre su papel en Blue Jasmine de Woody Allen, que le valió el Óscar a la mejor actriz. “Cuando estábamos haciendo Las criadas, el olor de Isabel era ‘Fracas’. No era un aroma que yo personalmente usaría, pero me lo ponía todas las noches en el escenario.
Nunca son cosas que yo personalmente usaría, porque los aromas operan en una parte muy psicológica, aspiracional y onírica de uno mismo. Creo que es otra manera de cambiarte sutilmente a un modo de pensar diferente” idealmente para ella, algo ligeramente incómodo. Blanchett, el rostro del perfume femenino de Giorgio Armani “Sí”, ha ganado premios por interpretar de todo, desde una monarca hasta una agente de la CIA y más; la centrada actriz tiene como objetivo esforzarse con casi cualquier papel.
Gran oportunidad
Ella confiesa que incluso se sentía insegura sobre cómo sería recibido su papel en Blue Jasmine. “El guión era uno de los mejores guiones que he leído, ¿sabes?, es Woody Allen, pero yo sentía que me había caído de bruces. Cuando estábamos rodando, Sally Hawkins (una coprotagonista) y yo decíamos todo el tiempo: ‘Fue un gusto conocerte en el lecho de muerte de tu carrera’”, dijo Blanchett con una risa durante una entrevista.
Poco sabía ella que más tarde reuniría un montón de premios por el papel. “Todo aquello (los premios) era absolutamente maravilloso y desconcertante. Para mí, siempre es un shock y una sorpresa”.
Blanchett es una de las seis actrices que han sido premiadas como Mejor Actriz de Reparto y como Mejor Actriz en los Premios de la Academia, y ha sido nominada a muchos más. Entonces, ¿qué pasó por su mente este año cuando mencionaron su nombre como mejor actriz? “Estás tan presente en ese momento, cuando empiezan a leer la lista de la gente. Piensas, ‘Bueno, ¡listo!, esto va a ir en una dirección u otra, y hay un montón de escrutinio’. Yo estaba intensamente aliviada y también intensamente eufórica. Tan maravilloso y tan embriagador y tan gratificante y estimulante como es ganar un premio de la Academia, si crees que lo mereces más que cualquiera de esas otras mujeres, o si piensas que has llegado a un lugar en particular, creo que estás teniendo una conversación equivocada contigo mismo. Es más como, ‘¿cuál es el próximo reto?’”.
A pesar del Óscar que se llevó por Blue Jasmine, Blanchett le resta importancia a la sugerencia de que ella llevó la película. “Mira con quién estaba trabajando, y no creo que haya sido una coincidencia que todos los actores ahí tenían tablas en el teatro. Bobby Cannavale, Sally Hawkins, Alec Baldwin y Max Casella, todos tenían tablas. Andrew Dice Clay tiene aterradoras tablas cómicas. Y creo que de alguna manera Woody quería aprovechar esa sensación de conjunto. Fue realmente un increíble grupo de personas. Acabamos con todo, lanzábamos las ideas, fue un rodaje muy, muy intenso, pero fue un rodaje muy divertido. Y creo que fue por esas tablas de teatro”. A ella le gustó especialmente que Allen no mimara a sus actores. “No hay ni una pizca de adoración en la forma en que habla consigo mismo sobre lo que hace o en la forma en que trata a los demás actores”, dijo Blanchett. “Él tiene una brutalidad muy leal al trabajo, lo que me pareció muy refrescante. Él entraba en calor, obviamente Alec lo sabía, y Sally había trabajado brevemente con él una vez antes, pero el resto de nosotros no. Una vez que se dio cuenta de que las preguntas que yo le hacía no eran solo una pregunta básica de ‘¿Te gusta lo que estoy haciendo?’, sino que en realidad le hacía preguntas genuinas sobre el ritmo de una escena o si iba a cortar a este momento desde ahí, contra qué se yuxtapone, que eran preguntas pertinentes, relevantes, dignas de ser respondidas, entonces comenzamos a tener un diálogo, y fue muy gratificante”, dijo Cate.
Admiración
Otra asociación creativa que Blanchett atesora es la de su relación con Giorgio Armani, tanto con el negocio del perfume, en el que aparece en la publicidad de “Sí”, como con su ropa. “Yo lo admiraba de lejos desde hacía tiempo, te construyes una imagen de lo que será la persona. Cuando realmente lo conocí por primera vez, él me estaba preparando para un vestido tras bastidores después de un show privado, creo que fue el primer show privado. Él inmediatamente me tranquilizó. Se puso en el suelo y comenzó a medir mi dobladillo. No pidió que alguien más lo hiciera, lo hizo él mismo. Allí estaba Él, el gran hombre, literalmente a mis pies. Era una forma de decir, en este momento tú eres la persona más importante. Fue algo profundamente generoso de su parte. Así que Él es un maestro al aprovechar esa dualidad en la que es capaz de crear cosas que son fáciles y sensuales de llevar, pero a menudo para las mujeres Él va a emplear siluetas masculinas. Para mí haber estado en diálogo creativo con él en la última década, es uno de los grandes privilegios de mi carrera”. Reconoció la actriz.