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Burt Reynolds: el adiós al pícaro galán de Hollywood

  • 08 septiembre 2018 /

El actor murió el pasado jueves. Iba a participar en la película de Quentin Tarantino, “Once Upon A Time In Hollywood”, pero no logró grabar las escenas.

Los Ángeles, Estados Unidos.

Burt Reynolds, el galán que se estrenó con papeles de indígenas en su juventud gracias a sus facciones cherokee y pasó a darle vida en los setenta al astuto y seductor “bigotudo” de los más taquilleros filmes de acción, murió el pasado jueves a los 82 años.

Este audaz, cómico, cínico y mujeriego personaje de la pantalla grande y chica conquistó las salas de cine y el amor de las también actrices Loni Anderson, con quien estuvo casado seis años y adoptó un hijo, la británica Judy Carne, fallecida en 2015, y Sally Field, entre otras muchas. El protagonista de Deliverance-Defensa (1972), Los caraduras (The Smokey and the bandit), de 1977, y Boogie Nights (1997), por la que recibió su primera y única nominación al Óscar, compaginó cintas de acción y comedia, vivió su época dorada durante la década de 1970 y se mantuvo activo hasta la actualidad.

A pesar del paso de los años, Reynolds siempre lució su espeso bigote, pobladas cejas y sonrisa pícara, aunque sí mostraba ya ciertas dificultades para caminar que achacaba a lesiones sufridas a las “acrobacias” que realizó durante las escenas de acción de sus películas.

Interpretó a un director de cine porno en la aclamada “Boogie Nights”. Por esta cinta se llevó un premio Globo de Oro como mejor actor de reparto en 1998.
Trayectoria

Nacido en Michigan en 1936, también se animó a ponerse detrás de las cámaras y dirigió las películas Gator (1976) The End (1978), Sharky’s Machine (1981) y Stick (1984).

Estas cintas se suman a un legado de un centenar de películas, dos matrimonios, y numerosos romances, tanto con Sally Field durante y después del rodaje de Los caraduras, como con Dolly Parton y la fallecida cantante y actriz Dinah Shore.

Su notable éxito de taquilla, que dominó en Estados Unidos durante años a finales de la década de 1970 y 1980, terminó sin embargo sin un premio Óscar, pero sí con dos Globos de Oro por la aclamada película Boogie Nights y la serie de televisión La familia Newton (1990-1994), por la que recibió además un premio Emmy en 1992.

El actor además hizo alarde de su atractivo sexual en 1972 posando desnudo sobre una piel de oso como uno de los primeros modelos de la revista Cosmopolitan, una decisión que después describió como uno sus mayores “errores”. Reynolds alcanzó la categoría de ícono del cine estadounidense junto con otros rudos de Hollywood de la época como Clint Eastwood, Charles Bronson y Steve McQueen. Esa popularidad, no obstante, disminuyó con una larga racha de malas películas que lo llevaron a la televisión, donde prosiguió su carrera.

Burt ganó el premio Emmy en 1992 por su participación en la serie “La familia Newton”.
Pero después de varios títulos mediocres le llegó su gran oportunidad en 1997 con Boogie Nights, película en la que daba vida a un director de películas pornográficas. Reynolds resurgió posteriormente en 2017 con un proyecto personal, The Last Movie Star, que echó un vistazo a la vida de una estrella desvanecida, llena de remordimientos y anhelos, una versión exagerada de la vida tranquila y apacible de sus últimos años en Florida.

Sobre este proyecto habló en marzo pasado al canal NBC, en una entrevista en la que dejó ver su carácter burlón y seductor, pero también cierta nostalgia.

Además de confesar que el amor de su vida había sido Sally Field, y que George Clooney sería su candidato para interpretarlo en una eventual película biográfica, se mostró satisfecho con su trayectoria.

“Es un negocio difícil. Muy difícil. Pero siempre traté de dejar una buena impresión donde sea que grabáramos, y no dejé ningún edificio en llamas ni nada”, dijo entre sonrisas.

Varios fans del actor le dejaron rosas junto a su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Y según contó en sus memorias de 2015, But Enough About Me, más que interesado en papeles que gustaran a la crítica o le supusieran nuevos retos interpretativos, prefería “pasarlo bien”.

Sin embargo, reconoció su error al rechazar personajes míticos del cine como Han Solo, de la saga Star Wars, porque no le “gustaba la ciencia ficción”; Michael Corleone, en la trilogía de El padrino; encarnar a James Bond, o el papel de Richard Gere en Pretty Woman, decisión que calificó de “idiota”.

“No me abrí a nuevos escritores o papeles riesgosos porque no estaba interesado en desafiarme como actor. Estaba interesado en pasar un buen rato”, escribió Reynolds en sus memorias.

“Siempre quise experimentar todo”, escribió en el último párrafo de sus memorias.