Expertos: audiencia en EE UU marca un precedente para la democracia hondureña

Expertos en gobernanza y política exterior coincidieron en que la audiencia en el Congreso de EUA sobre Honduras reflejó la creciente preocupación internacional por la integridad del proceso electoral

  • 21 de noviembre de 2025 a las 12:34 -
Tegucigalpa, Honduras

La audiencia “La democracia en peligro: la lucha por elecciones libres en Honduras”, realizada en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, significó un giro en la atención internacional hacia el proceso electoral hondureño.

Investigadores y analistas de organizaciones globales que siguieron de cerca la sesión coincidieron en que se trató de un evento sin precedentes para el país, especialmente a pocos días de las elecciones generales del 30 de noviembre.

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Manuel Orozco, experto en migración y gobernanza democrática y director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, subrayó que esta audiencia es una de las pocas que el Congreso estadounidense ha dedicado a la situación política en América Latina y el Caribe.

A su criterio, la coyuntura hondureña fue presentada como un caso prioritario dentro de la relación regional de Estados Unidos, debido al nivel de conflictividad, la polarización y las señales de tensión institucional que rodean el proceso electoral.

Orozco destacó que la preocupación expresada por legisladores republicanos y demócratas se centró en una serie de alertas sobre el ambiente electoral: conflictos internos entre los magistrados del organismo electoral, declaraciones inapropiadas de altos mandos militares, cuestionamientos sobre la transparencia administrativa y un discurso oficial que, según dijo, ha insinuado la posibilidad de un supuesto “golpe electoral”. Esta narrativa, afirmó, encendió alarmas adicionales en Washington.

“Estados Unidos está observando estos desarrollos”, enfatizó. Explicó que no solo los dos partidos políticos del Congreso siguieron con atención la audiencia, sino también centros de análisis, organizaciones de sociedad civil y entidades vinculadas con política exterior.

Para Orozco, la preocupación es “legítima” y está relacionada no solo con el temor a un fraude electoral, sino también con el riesgo de interferencia del crimen organizado, el fortalecimiento de la relación de Honduras con China y la necesidad de garantizar estabilidad democrática en la región.

El analista puntualizó que el Departamento de Estado mantiene una postura de vigilancia activa tanto sobre el ambiente previo al 30 de noviembre como sobre lo que pueda ocurrir el día de la elección. En su evaluación, esa observación será decisiva para interpretar la reacción estadounidense ante los resultados y ante cualquier intento de manipulación política.

Mensaje directo tanto para las autoridades hondureñas

Una lectura complementaria de la audiencia proviene de María Fernanda Bozmoski, directora de impacto y operaciones para América Latina del Atlantic Council, quien calificó la sesión como un hecho “muy simbólico” y un mensaje directo tanto para las autoridades hondureñas como para la comunidad internacional.

Para la experta, el mensaje quedó claro: las elecciones hondureñas tienen efectos que trascienden las fronteras del país.

Bozmoski consideró especialmente relevante que la audiencia reflejara un consenso bipartidista en Estados Unidos, un elemento poco frecuente en un contexto político marcado por una profunda polarización. Recordó que apenas semanas atrás el país enfrentó más de 40 días de cierre de gobierno, por lo que ver a representantes republicanos y demócratas coincidir en la importancia del proceso electoral hondureño envía una señal poderosa sobre el nivel de preocupación.

La directora resaltó que tanto la congresista María Elvira Salazar como el congresista Castro, por el lado demócrata, coincidieron en que Honduras se encuentra en un momento decisivo no solo para su futuro político, sino también para la estabilidad regional y para los intereses estratégicos de Estados Unidos.

En ese marco, la audiencia establece un precedente claro sobre la atención especial que la administración estadounidense —especialmente la actual, que prioriza el hemisferio occidental dentro de su estrategia de seguridad nacional— está otorgando a Centroamérica.

Bozmoski recordó que incluso otros procesos electorales de la región están siendo vigilados por Washington. Ese mismo día, mencionó, el congresista Mario Díaz-Balart reaccionó públicamente a la situación en Costa Rica, reafirmando el interés estratégico de Estados Unidos sobre el rumbo político en Centroamérica y los comicios que marcarán 2026 en varios países.

Aunque señaló que estas audiencias no son vinculantes, Bozmoski destacó que sí generan recomendaciones y marcan líneas de acción política. Entre ellas, subrayó la propuesta de mantener comunicados bipartidistas reiterando el mismo mensaje: Estados Unidos no busca un resultado electoral específico, sino que exige que la voluntad del pueblo hondureño sea respetada.

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Los expertos insistieron en que los resultados anunciados la noche del 30 de noviembre deben reflejar el mandato popular sin interferencias ni manipulaciones de ningún actor.

En conclusión, para Bozmoski la audiencia no solo evidencia la preocupación de Washington por la evolución política en Honduras, sino que también sienta un precedente regional: Estados Unidos seguirá muy de cerca cada paso de los procesos electorales centroamericanos, particularmente cuando existan riesgos para la integridad democrática y la estabilidad hemisférica.

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