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Los inversionistas apuran a Xiaomi para que su valuación se refleje en los negocios

  • 13 enero 2016 /

El menor ritmo de crecimiento de China está llevando a los inversionistas a echar una nueva mirada a las altas valuaciones de las startups chinas.

Beijing, China.

Hace un año, Lei Jun, el fundador de Xiaomi Corp., anunció en una carta abierta a sus empleados que el fabricante chino de celulares era la startup tecnológica más valiosa del mundo. “Viajaremos a las constelaciones, a lugares que otros ni siquiera han soñado”, escribió.

Cumplir esas expectativas ha sido todo un reto. Xiaomi no alcanzó su meta de ventas de 80 millones de teléfonos inteligentes en 2015, según fuentes al tanto, y los inversionistas están comenzando a cuestionar su valuación de US$46.000 millones, la cual estaba basada en planes no concretados de generar ingresos sustanciales a través de servicios por Internet.

El menor ritmo de crecimiento de China, sumado a la turbulencia en el mercado bursátil de ese país, está llevando a los inversionistas a echar una nueva mirada a las altas valuaciones de las startups chinas. Compañías como Xiaomi, que recaudó altas sumas de dinero durante el auge de la Internet móvil en China, enfrentan una creciente presión para cumplir las expectativas.

“Con la economía China en desaceleración, muchas startups necesitarán ser más cautelosas con sus estrategias de expansión”, dice Nicole Peng, analista de la firma de investigación de mercado Canalys.

Xiaomi ascendió a la cumbre del mercado de celulares de China en 2014 con la novedosa idea de vender hardware al acumular una gran base de usuarios, un modelo de negocios preferido por las empresas de Internet, no por aquellas que venden productos físicos. Las ventas de ese año se triplicaron a 61 millones de teléfonos inteligentes frene al año anterior.

Lei cultivó clubes de fans y usó “ventas relámpago” para vender teléfonos inteligentes con hardware tan poderoso como el de un iPhone a una fracción del precio de éste. Aceptó márgenes muy pequeños, apostando a que luego podría vender servicios a los usuarios. Los inversionistas se entusiasmaron.

En diciembre de 2014, Xiaomi recaudó US$1.100 millones en una ronda que valoró la empresa en US$46.000 millones, superando en aquel momento incluso a la firma de reserva de taxis Uber Technologies Inc. Desde entonces, Uber ha recuperado la delantera. Sin embargo, los smartphones de Xiaomi, que en una oportunidad se agotaron a través de ventas relámpago en línea, ahora pueden encontrarse fácilmente. Según los analistas, esto muestra una desaceleración de la demanda.

Al mismo tiempo, la desaceleración del mercado de teléfonos inteligentes en China puso de manifiesto las debilidades de Xiaomi. La empresa ha perdido participación de mercado frente a competidores establecidos que cuentan con un mayor arsenal financiero y tecnológico, como Huawei Technologies Co., que lanzó un celular de alta gama dirigido a compradores experimentados y que en el tercer trimestre de 2015, según Canalys, destronó a Xiaomi como el principal fabricante de celulares. Huawei, que vendió más de 100 millones de aparatos móviles el año pasado, está fortaleciendo su marketing en el extranjero; su fortaleza en ingeniería e imagen de marca, forjada durante décadas, hace más difícil para Xiaomi competir en China, dicen los analistas.

“La competencia en el mercado de smartphones en China se ha intensificado tremendamente este año”, dijo una portavoz de Xiaomi, que se abstuvo de comentar sobre la valuación de la empresa o indicar si cumplió su meta de ventas. La vocera dijo que las ventas de Xiaomi se encuentran “dentro de las expectativas” y que las ventas relámpago se realizan principalmente cuando la producción se acelera.

El no contar con una tecnología de chips de alto rendimiento propia también ha sido una desventaja competitiva para Xiaomi el último año. Cuando se informó que las versiones preliminares del procesador Snapdragon 810 de Qualcomm Inc. supuestamente se sobrecalentaban, las ventas del celular más costoso de Xiaomi (Mi Note, que cuesta 2.299 yuanes, o US$349), se vieron afectadas, dicen los analistas.

A diferencia de Huawei y Samsung, Xiaomi no tenía un chip desarrollado internamente al cual recurrir para solucionar el problema. Xiaomi y Qualcomm no quisieron comentar sobre el procesador. Los analistas dicen que los problemas han sido solucionados. El crecimiento fuera de las fronteras de China también ha sido lento para Xiaomi. El número de smartphones vendidos en el extranjero en los primeros nueve meses de 2015 creció 8%, frente a 7% en todo 2014, según Canalys. Además, el limitado portafolio de patentes de la empresa se convirtió en un obstáculo cuando trató de expandirse en mercados como India.

La falta de una base de clientes diversa es otro reto. Xiaomi sigue “atada al ghetto demográfico de los chinos, mayoritariamente hombres, de entre 18 y 30 años”, dice Peter Fuhrman, presidente de la junta del banco de inversión China First Capital. El enfoque de Xiaomi en los precios bajos ha golpeado la imagen de su marca, dijo.

En el tercer trimestre, el precio promedio de un teléfono de Xiaomi cayó a US$122, frente a US$160 en igual período del año anterior, pese a que el mercado de teléfonos inteligentes de China subió un escalón en sus precios, según IDC. El precio promedio de un teléfono inteligente en el país aumentó en ese período de US$202 a US$240. Los de Huawei subieron de US$201 a US$209.

Según el analista de IDC James Yan, el modelo más vendido de Xiaomi durante el año pasado fue el más barato, el Redmi 2A (US$76). Los simpatizantes de Xiaomi aseguran que las perspectivas siguen siendo buenas, en la medida en que la compañía avanza en la construcción de un ecosistema de productos para hogares inteligentes.

Hasta el momento, Xiaomi ha invertido en 56 startups, que van desde el fabricante de vehículos de transporte personal Segway hasta una empresa de purificadores de aire, un implemento esencial para las contaminadas ciudades chinas.

Otros, sin embargo, se muestran escépticos. “La promesa de Xiaomi radica en su ecosistema”, dice Steven Hu, ex socio de Qiming Venture Partners, que invierte en Xiaomi. “Los servicios móviles, el comercio electrónico y los productos de consumo con su marca son apenas una fracción en vez de una gran y creciente fuente de ganancias que podría refrendar la elevada valuación del año pasado”, afirma Fuhrman.