La campaña de Daniel Loeb, un gestor de un fondo de cobertura que se ha convertido en noticia por presionar a Sony Corp. para que se desprenda de su negocio de entretenimiento, es el temblor más reciente que se ha sentido en la industria de electrónicos de Japón, que ya sufre las consecuencias de pérdidas sin precedentes debido al debilitamiento de su posición en el mercado tecnológico.
Tras varios años difíciles, marcados por el ascenso de Samsung Electronics Co. y el dominio de Apple Inc., los otrora poderosos fabricantes de electrónicos japoneses se están enfrentando a inversionistas y acreedores enojados que tratan de desmantelar las estrechas y cerradas relaciones que en su momento fueron el sello distintivo del sector corporativo del país.
Este cambio de dirección en las empresas japonesas se da en un momento de gran optimismo en el país por las promesas de cambio y reforma del nuevo gobierno de Shinzo Abe. El primer ministro y su elegido para encabezar el Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, presentaron una ambiciosa política monetaria que tiene como objetivo sanar la alicaída economía del país. Sus medidas han contribuido a la depreciación del yen y al alza de las acciones japonesas.
“Sony se encuentra en una encrucijada entre una oportunidad corporativa convincente y una amplia reforma económica en Japón”, escribió Loeb, fundador de Third Point LLC, en una carta que entregó en persona al presidente ejecutivo de la empresa, Kazuo Hirai. “Para maximizar el éxito de Sony, creemos que la compañía debería modificar su estructura de propiedad de Sony Entertainment”.
Loeb instó a Sony a sacar a bolsa entre 15% y 20% de su división de entretenimiento, que consiste en los negocios de cine y música. El tema será llevado ante la junta de Sony para que analice si se ajusta a los intereses a largo plazo de la compañía, dijo una fuente cercana. En su reacción pública a la carta, la empresa reiteró que estos negocios son “importantes para el crecimiento de Sony y que no están a la venta”. Sin embargo, afirmó que estaba abierta a “continuar un diálogo constructivo con nuestros accionistas conforme tratamos de implementar nuestra estrategia”.
En otra señal del cambio que atraviesa el sector de electrónicos japonés, Sharp Corp. anunció hace poco que reemplazaría a su presidente en una inusual reprimenda pública a la cúpula ejecutiva tras registrar una pérdida anual neta de US$5.400 millones, la más alta en sus 100 años de historia.
“Tenemos que decir adiós al Sharp que conocíamos en los últimos años. Necesitamos estar listos para cambiar todo en la compañía a excepción de los principios fundamentales”, dijo el nuevo presidente, Kozo Takahashi, en una conferencia de prensa.
Los recientes problemas de Sony y Sharp son un microcosmos de los males que aquejan a la industria. Ansiosa por proteger su dominio en el segmento de televisores de tubo de rayos catódicos, Sony llegó tarde a la transición a los dispositivos de pantalla plana y perdió su corona a manos de la surcoreana Samsung. Como resultado, su negocio de televisores ha generado pérdidas por nueve años consecutivos. Asimismo, Sony tardó demasiado en sacarles jugo a innovaciones como los libros electrónicos y los televisores LED, productos que fueron presentados por la compañía pero que sus rivales convirtieron en éxitos de ventas.
A su vez, Sharp invirtió miles de millones de dólares en construir una planta de tecnología de punta para fabricar pantallas LCD en Japón. Cuando la demanda de televisores de pantalla plana se desinfló como consecuencia de la crisis financiera y la subida del yen perjudicó la competitividad de sus exportaciones, las pérdidas de Sharp se acumularon. Al final, vendió la mitad de la planta a la taiwanesa Hon Hai Precision Industry Co., o Foxconn, socia de Apple.
Loeb, cuyo fondo de cobertura ha amasado 6,3% de las acciones de Sony, valoradas en US$1.180 millones, atribuye los problemas de la empresa a su extensa diversificación. Su argumento es que al vender parte del segmento de entretenimiento, el conglomerado reduciría su deuda y ganaría liquidez para racionalizar su división de electrónicos, cuyos “numerosos negocios fuertes” se ven “opacados por una falta de enfoque”.
—Gregory Zuckerman y Mayumi Negishi contribuyeron a este artículo.