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¿La era de Venus?

  • Actualizado: 27 enero 2007 /

'Te veo más flaca', le dice una clienta a Darinka Patiño de la Cruz, gerente de una sucursal de Bansuperior, entidad financiera de estrato alto, en un lujoso centro comercial del norte de Bogotá.

'Te veo más flaca', le dice una clienta a Darinka Patiño de la Cruz, gerente de una sucursal de Bansuperior, entidad financiera de estrato alto, en un lujoso centro comercial del norte de Bogotá. 'Y usted también luce regia', le responde Patiño, con un tono de familiaridad más propio de una amiga que de una ejecutiva bancaria.

Estos gestos de confianza entre funcionaria y usuaria habrían sido impensables hace 25 años, cuando los hombres dominaban el sector. Hoy en día, en el sistema financiero colombiano es común que, antes de entrar en materia, clientes y banqueros hablen de la familia y de los asuntos personales para generar un trato más fluido en el servicio.

En Colombia, el 65% de la fuerza laboral del sector está representado por mujeres y el índice es mucho mayor, cerca del 80%, en aquellos puestos que implican relaciones directas con el usuario.

Bansuperior, al igual que todas las demás firmas financieras, no ha hecho más que incorporar las enseñanzas adquiridas por el banco de crédito hipotecario Conavi, el precursor en esta estrategia desde 1974, año de su creación. Fue en Conavi -filial de la Organización Bancolombia, la más poderosa de su tipo en el país andino- donde la propia Patiño tuvo su primer empleo.

La idea de Conavi fue darle calor humano al contacto con el cliente, pues, hasta ese momento, los banqueros eran fríos y distantes.

'A nosotros, la contratación de mujeres nos permitió conseguir el efecto que buscábamos y por eso adoptamos el eslogan que Conavi es 'el banco que quiere a la gente'', dice Jairo Burgos, vicepresidente de recursos humanos de la Organización Bancolombia.

'Nuestra idea era resaltar los conceptos de comunidad y familia', añade.

Responsabilidad

A pesar que las demás firmas del sistema financiero colombiano cuentan con un notorio contingente de mujeres en sus plantillas, Conavi es el único banco colombiano cuyas oficinas están integradas totalmente por personal femenino: desde la gerente hasta las cajeras, pasando por las asesoras, las aseadoras y demás personal de apoyo.

La presencia de la mujer no sólo ha servido para mejorar las relaciones con los clientes. Ellas también han resultado muy eficientes en el manejo administrativo y, quizás más importante, en la manipulación y administración de dinero en efectivo. 'Simplemente, son más honestas y disciplinadas', dice el catedrático Chacón. Para Patiño, por ejemplo, la mujer es más consciente de los riesgos de torcerse o incumplir. 'De ninguna manera nos atrevemos a malograr la estabilidad de nuestras familias y nuestros hijos', dice.

Pero, ¿por qué tan alto llegan las mujeres en la escala corporativa? No tanto. En la medida en que sube el perfil ejecutivo, el hombre vuelve a tomar el control.

El mismo estudio revela, por ejemplo, que la brecha de salarios entre hombres y mujeres es de alrededor del 62,8% del tope. La situación se replica en la mayoría de los países de la región e incluso en Colombia, donde la mujer tiene uno de los niveles de participación más altos en el mercado laboral (56%).

Esto ha motivado el trabajo político de la académica Cecilia López, quien propende, con su agenda política, igual que Michelle Bachelet, en Chile, a una igualdad democrática entre los géneros.

'A pesar de los avances innegables que hemos conseguido, Colombia sigue siendo un país donde la equidad de género, especialmente en materia de remuneración y oportunidades en los altos mandos, todavía no es una realidad', dice López.

Tampoco se les ve a las mujeres en actividades financieras donde el riesgo es mayor, como en las mesas de dinero o en las firmas corredoras de bolsa.

En la medida en que la mujer madura y forma su propia familia, su nivel de compromiso disminuye y se hace menos atractiva para sus jefes.

La presencia de la mujer cambió para siempre la dinámica de un sector que, a simple vista, implica temores y distancias. En Colombia, por lo menos, ya no se percibe así.

Dato

Un estudio del mercado chileno realizado por la Unidad Mujer y Desarrollo, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, expresa que, si bien 'existen ciertos cargos considerados adecuados , hay otros que les están vedados'. La falta de igualdad se extiende, igualmente, al campo de los ingresos.