23/05/2025
05:37 PM

En auge la industria de las aplicaciones móviles

La industria de las aplicaciones móviles vive un verdadero auge a medida que las empresas y las personas de la región giran hacia la telefonía móvil de tercera y cuarta generación.

    Cuando la canadiense Research In Motion, RIM, fabricante de los celulares inteligentes BlackBerry, lanzó su tienda de aplicaciones BlackBerry App World, decidió también impulsar su presencia en América Latina. Así que hizo un llamado a varias empresas de la región para tener productos latinos en sus anaqueles virtuales.

    La industria de las aplicaciones móviles vive un verdadero auge a medida que las empresas y las personas de la región giran hacia la telefonía móvil de tercera y cuarta generación. Ya a mediados de 2009, un estudio de IDC, una consultora especializada en mercados tecnológicos con sede en Massachusetts, Estados Unidos, proyectaba que 75% de las empresas latinoamericanas con 250 empleados o más implementarán soluciones móviles corporativas hacia 2012. Según IDC, la movilidad será la norma en casi todas las aplicaciones y los llamados smartphones -teléfonos inteligentes como el iPhone o BlackBerry- les sacarán ventaja a las laptop.

    Algunos indicadores parecen confirmarlo. Los embarques de teléfonos inteligentes hacia América Latina crecieron 168% en el primer trimestre de 2010 frente a igual período en 2009, según cálculos de IDC. Y son precisamente estos aparatos los preferidos por el mundo corporativo y los que permiten aplicaciones más sofisticadas.

    El problema para los desarrolladores es que los dispositivos, como en los albores de internet, aún no están estandarizados, y cubrir todo el mercado exige multiplicar los esfuerzos y desarrollar versiones para las distintas plataformas disponibles. “Antes las empresas estimaban que iban a utilizar cierto tipo de móvil, pero hoy hay una dispersión de casos de uso y nuevas tendencias como el celular convergente de fijo a móvil. Incluso el Wifi incorporado permite cambiar de redes cuando uno ingresa a las instalaciones de una empresa”, dice Pablo Marrone, ingeniero de sistemas de consulta de Cisco en Santiago de Chile.

    Plataformas y nichos

    Con todo, las tendencias móviles son bastante complejas. No todos en el mundo corporativo se apuntan a la carrera por las aplicaciones móviles. “Es una tendencia que engloba sobre todo a las grandes empresas”, dice Bruno Neto, analista de tecnologías de la información de Frost & Sullivan en São Paulo, una firma global de consultoría e investigación de mercado. “Los costos del equipamiento y de los servicios de comunicaciones son muy sensibles a la escala del proyecto, dejando fuera a la mayoría de las Pymes”.

    Por otro lado, hay una explosión en la demanda de teléfonos inteligentes por parte de los consumidores. Según proyecciones de Wireless Expertise, una empresa británica que ofrece desarrollo de aplicaciones móviles, el mercado mundial de estas herramientas fue de 4,660 millones de dólares en 2009 y saltará a 16,600 millones en 2013.

    En este segmento el modelo de negocios cambia radicalmente y muchos han movilizado sus neuronas para atenderlo. Sin lugar a dudas el modelo de distribución que marcó esta industria fue la tienda iTunes de Apple, que abrió en abril de 2003. Pese a lo cerrado del modelo de negocios de Apple, el impacto de la tienda iTunes llevó a los demás fabricantes a seguir los mismos pasos, aunque con criterios más amplios. “No es obligatorio pasar por el App World para instalar una aplicación en un BlackBerry”, dice Zago, de RIM Latinoamérica. En la región modelos similares son los de la operadora chilena Entel, que tiene la tienda Kool Tools, o la mexicana América Móvil, que cuenta con Claro Widgets.

    Las tiendas de descargas democratizaron el acceso de los usuarios a decenas de aplicaciones, pero aún no son un gran negocio para las empresas que desarrollan aplicaciones. Según estimaciones de mercado, 90% de las descargas son aplicaciones gratuitas y el restante tiene precios que oscilan en torno a US$ 1. Entre 20% y 30% de esos ingresos se pagan en comisiones por la compra virtual.