San Pedro Sula, Honduras.
Jim Randall Talbott tiene más de una década de ser su propio jefe a través del emprendimiento The Randall Chef.
Cuando comenzó en el negocio creía que la tecnología era una herramienta de trabajo para los medianos y grandes empresarios; pero la necesidad de dar a conocer sus productos cambió su forma de pensar.
“Sin sacar capacitaciones en informática o algo por estilo, empecé a incursionar a la prueba y error”, relata.
Igual que a Jim, la era digital cambió el esquema de trabajo para miles mipymes.
Un ejemplo de lo anterior es que el 22.7% de los usuarios de las redes sociales en Centroamérica son emprendedores por cuenta propia.
Para profesionales como Ángel Castillo, emprendedor hondureño radicado en España, esta naciente necesidad de las mipymes se ha convertido en una valiosa oportunidad que aprovecha a través de su agencia Cluvin.
“Siempre he dicho que las empresas jóvenes necesitan de un factor innovador y es así como va a triunfar, independientemente en el área que sea”, sostiene.
Castillo es del criterio que las empresas ligadas al desarrollo de aplicaciones móviles, juegos para celular y mercadeo digital seguirán siendo referentes para el amplio mercado de la tecnología.
A través de Cluvin, el experto se enfoca en la llamada artesanía digital con un pensamiento innovador para ayudar a diseñar y posicionar en la web a decenas de marcas.
Castillo recomienda a los jóvenes a compartir sus ideas, hacer un plan de negocios, participar en un Startup y dedicarse al proyecto.
Obstáculos
Reportes elaborados por el Banco Mundial destacan que el 60% de los trabajadores en Latinoamérica son autónomos o trabajan en pequeñas empresas.
Este grupo poblacional se enfrenta a tres obstáculos identificados: el financiamiento, la falta de mercado y el papeleo. En el informe El Emprendimiento en América Latina del BM se manifiesta que la escasez de innovación es una “debilidad flagrante en el panorama emprendedor de Latinoamérica y el Caribe”.
Jim Randall Talbott tiene más de una década de ser su propio jefe a través del emprendimiento The Randall Chef.
Cuando comenzó en el negocio creía que la tecnología era una herramienta de trabajo para los medianos y grandes empresarios; pero la necesidad de dar a conocer sus productos cambió su forma de pensar.
“Sin sacar capacitaciones en informática o algo por estilo, empecé a incursionar a la prueba y error”, relata.
Igual que a Jim, la era digital cambió el esquema de trabajo para miles mipymes.
Un ejemplo de lo anterior es que el 22.7% de los usuarios de las redes sociales en Centroamérica son emprendedores por cuenta propia.
Para profesionales como Ángel Castillo, emprendedor hondureño radicado en España, esta naciente necesidad de las mipymes se ha convertido en una valiosa oportunidad que aprovecha a través de su agencia Cluvin.
“Siempre he dicho que las empresas jóvenes necesitan de un factor innovador y es así como va a triunfar, independientemente en el área que sea”, sostiene.
Castillo es del criterio que las empresas ligadas al desarrollo de aplicaciones móviles, juegos para celular y mercadeo digital seguirán siendo referentes para el amplio mercado de la tecnología.
A través de Cluvin, el experto se enfoca en la llamada artesanía digital con un pensamiento innovador para ayudar a diseñar y posicionar en la web a decenas de marcas.
Castillo recomienda a los jóvenes a compartir sus ideas, hacer un plan de negocios, participar en un Startup y dedicarse al proyecto.
Obstáculos
Reportes elaborados por el Banco Mundial destacan que el 60% de los trabajadores en Latinoamérica son autónomos o trabajan en pequeñas empresas.
Este grupo poblacional se enfrenta a tres obstáculos identificados: el financiamiento, la falta de mercado y el papeleo. En el informe El Emprendimiento en América Latina del BM se manifiesta que la escasez de innovación es una “debilidad flagrante en el panorama emprendedor de Latinoamérica y el Caribe”.
