La economía chilena atraviesa uno de sus mejores momentos, con un crecimiento que sobrepasa el 6 por ciento, baja inflación y un desempleo acotado, pero enfrenta un grave problema: qué hacer con la avalancha de dólares tras el incremento en el valor del cobre, su principal producto de exportación.
El precio del metal se triplicó en los últimos tres años.
Partiendo de los 80 centavos de dólar por libra física en 2003, hasta el promedio de 1.67 dólares que alcanzó en 2005 y las cotizaciones récord rozando los 4 dólares por libra en los últimos meses, las estimaciones sobre el valor medio para 2006 fueron revisadas al alza en varias ocasiones, fijándose por ahora en los 2.50 dólares.
Presiones
Por cada centavo que sube el precio promedio anual, el Estado chileno recibe 120 millones de dólares adicionales, provenientes de la Corporación del Cobre, Codelco, estatal, el mayor productor mundial.
La lluvia de dólares llevó a las autoridades a comparar la actual situación del fisco con la obtención de un premio de la lotería.
La comparación adquiere sentido si se piensa que el de 2005 fue el mejor resultado fiscal en 18 años y que en 2006 el saldo positivo se empinaría a un espectacular 8 por ciento del Producto Interno Bruto, con excedentes por 10,000 millones de dólares.
Tantos dólares crean un singular problema a las autoridades, que enfrentan presiones para intervenir el mercado cambiario, frenar la caída del dólar frente al peso y aumentar el gasto público.
“Chile está padeciendo la enfermedad holandesa, porque el alto valor del cobre está afectando a los otros rubros”, dijo Hugo Fazio, ex presidente del Banco Central chileno.
Otros economistas proponen subsidiar la creación de pequeñas empresas y aumentar la inversión pública en salud y educación, mientras que el Partido Comunista propuso un plan de inversiones para disminuir la pobreza.
cifras
El cobre representa 45 por ciento del total de las exportaciones de Chile, a lo que debe sumarse otro 10 por ciento de uno de sus derivados, el molibdeno.