16/12/2025
09:08 AM

Austeridad lusa pone en peligro el patrimonio urbano

Lisboa. Olas, cordeles, arabescos o motivos geométricos: Lisboa es conocida por su luz, pero también por la belleza de sus aceras. Pero estas verdaderas obras de arte al aire libre están ahora amenazadas por las políticas de austeridad debido a la crisis económica.

En su pequeño taburete de madera, Jorge Duarte, un calceteiro del Ayuntamiento de Lisboa, talla un trozo de piedra con precisión, como viene haciendo cada día desde hace 26 años.

Martillo en mano, corta trozos de caliza blanca y basalto negro para crear y mantener lo que él llama, con orgullo, “las alfombras de piedra” sobre la Avenida da Liberdade, la principal arteria del centro de la capital, pero también en plazas y aceras de la ciudad.

Con la piel curtida por el trabajo a la intemperie, Duarte integra la veintena de obreros de la “brigada de empedradores” de Lisboa, a menudo llamados “orfebres del suelo”, responsables del mantenimiento de varios kilómetros de aceras.

“Cuando empecé, éramos decenas colocando adoquines. Hoy en día no somos más de veinte”, se lamenta.

Al igual que el fado, los azulejos o el vino de Oporto, la “Calçada portuguesa” se ha convertido en un símbolo cultural del país y una marca de su patrimonio urbano.

Estas tradicionales calzadas, cuyos diseños a menudo evocan la época dorada de los descubrimientos portugueses, fueron desarrolladas en el siglo XIX. Los motivos de estos mosaicos de adoquines a menudo tienen una relación con el mar y así, el peatón camina sobre olas, anclas, peces.

El Castillo de San Jorge, encaramado en lo alto de una colina de la ciudad, fue el primero pavimentado con esta técnica, cuyo éxito fue tal que pronto se extendió a otros barrios, y luego a otras ciudades y países del antiguo imperio colonial portugués, en África, Asia, América del Sur.

Casi dos siglos después, las medidas de austeridad que Portugal ha sido obligado a poner en práctica los dos últimos años por parte de sus acreedores internacionales, a cambio de ayuda económica, corren riesgo de afectar el presupuesto para la conservación de las tradicionales “calçadas”.

“Es difícil reclutar”

Pero tener veredas artísticas no es fácil, ni barato.

“Yo soñaba que, cuando me jubilara, iba a poder decirle a mis colegas, a mi hija: ‘A esos hombres que están ahí, los he formado yo y son quienes me van a reemplazar’. Pero no, no hay nadie. Y eso es lo que me duele. Si nada cambia, todo podría desaparecer”, advierte Duarte.

La alcaldía, en tanto, confirma tener que tomar decisiones debido al costo de las famosas “calçadas”.

“La tendencia es reducir la calzada artística”, dijo una de las responsables del Ayuntamiento, Luisa Dornellas. El mantenimiento de las aceras “es muy costoso para el municipio”. Y agregó: el metro cuadrado de este tipo de pavimento cuesta unos 90 euros.

Sin embargo, Dornellas aseguró que el municipio seguirá invirtiendo en el mantenimiento de las aceras, que son una de las principales atracciones de la ciudad. Para tratar de conservar sus decenas de kilómetros de mosaicos, el Ayuntamiento de Lisboa acaba de reabrir una escuela de formación.

Pero, aún así, “es difícil reclutar”, dijo, porque “el trabajo no es muy atractivo”.

“Esta es una profesión difícil, se debe estar sentado o de rodillas durante todo el día, a menudo carece de reconocimiento social, con salarios muy bajos”, que apenas superan los 700 euros netos al mes, observó. AFP