Los actos de violencia en la Gran Final del fútbol hondureño entre Real España vs Olimpia continuaron durante el transcurso del partido.
Horas antes del juego las barras de ambos clubes se enfrentaron en las afueras del estadio Morazán, en donde se reportó una balacera dejando un saldo de aproximadamente 12 aficionados heridos.
Posteriormente durante el desarrollo del juego, la barra del Real España siguió con los actos de vandalismo al extremo de que lanzaron piedras en el césped del recinto deportivo.
Inclusive el propio jugador de la máquina Kevin Álvarez fue agredido por una de las piedras y el árbitro central Said Martínez tuvo que parar por unos minutos el choque deportivo.
El lateral de la máquina tuvo que recibir asistencia médica en un acto condenado por los propios jugadores del cuadro sampedrano.