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Pinto, un obsesionado por el fútbol que dirige con vara de hierro

  • 07 diciembre 2014 /

El técnico cafetero hizo lo impensado al llevar a Costa Rica a cuartos de final en el reciente Mundial de Brasil 2014.

San Pedro Sula, Honduras.

Admirador de entrenadores como el español Pep Guardiola, el portugués José Mourinho y el italiano Cesare Prandelli, el colombiano Jorge Luis Pinto, nombrado nuevo seleccionador de Honduras, es un técnico que se caracteriza por su obsesión por el fútbol y su mano de hierro para tratar a sus subalternos.

En suelo tico, Pinto tuvo tres épocas y en la segunda fue humillado de la forma más terrible, lo que quebrantó su ego. Después de triunfar con el club Alajuelense, segundo más ganador en el país centroamericano, llegó a la selección. Hizo enemistad con la prensa, que lo terminó sacando.

Después de que Costa Rica igualara con Trinidad y Tobago en el Caribe, por la tercera fecha del hexagonal rumbo a Alemania 2006, en el avión hacia San José fue despedido. Costa Rica estaba en zona de clasificación con 4 puntos y no hubo explicaciones. Había que llevar a Alexandre Guimaraes (padre de Celso Borges) de vuelta a la Tricolor, a la que clasificó para Corea y Japón 2002.

Pinto volvió a su país y tras ser campeón con el Cúcuta cumplió el anhelo de dirigir a la selección colombiana. Con el combinado cafetero no tuvo buenos resultados en Copa América y la eliminatoria hacia Sudáfrica 2010.

Siguió su andar en Venezuela y consagró al Deportivo Táchira. Un día su teléfono sonó y regresó a Costa Rica transformado. El aprendiz de la humildad, ahora amistoso y con excelente verbo, se ganó a la afición, prensa y jugadores.

En Kingston, Jamaica, lloró como un niño porque había cumplido su sueño de clasificarse para un Mundial. Sin embargo su obra maestra no solo fue el hecho de clasificar a Costa Rica al Mundial de Brasil 2014, sino el llevarla a lo impensado: los cuartos de final.

“Vamos a entrar a competir de tú a tú, no le vamos a tener miedo a ningún rival por más peso futbolístico que tenga”, manifestó Pinto tras conocer a sus oponentes del grupo de la muerte: Uruguay, Inglaterra e Italia, a los que supo sortear para llegar lejos en Brasil.

Pese al monumental logro, la relación del estratega con los ticos se volvió a deteriorar. Pinto no fue renovado por la federación costarricense, ya que debido a su mal carácter y estricta disciplina, tanto jugadores como parte del cuerpo técnico no tenían empatía con el entrenador cafetero, al que tildaban de dar trato inhumano.

“Yo no me voy a pelear con los futbolistas, ustedes se van a pelear conmigo. Dos cosas le duelen al futbolista: que se metan con su dinero, que lo multen y que no lo pongan en el once titular; ahí les voy a dar”, eran parte de las charlas que Pinto tuvo en alguna ocasión con sus dirigidos.

El estratega colombiano después tuvo ofrecimientos para dirigir la Selección de Perú, pero por alguna razón prefirió dar un paso al costado; antes de firmar con Honduras aseguró tener ofrecimientos de China y Betis de España.