26/04/2024
12:56 AM

Pedro Pablo Mencía, el jornalero que soñó ser futbolista

El orgullo de Marale, Francisco Morazán, cuenta todo lo que tuvo que hacer para cumplir su gran anhelo.

El Progreso, Honduras.

Amigable como la mayoría de sus compañeros de equipo, Pedro Pablo Mencía es una historia particular abrazando una carrera por la que luchÓ enormidades en sus inicios. Criado en los campos de Marale, Francisco Morazán, el delantero del Honduras Progreso nos cuenta detalles de su vida que dan la pauta de que todo es posible.

Mencía ha hecho de todo a lo largo de su existencia. Desde arar la tierra hasta vender agua en las calles de Santa Cruz de Yojoa, ese terruño adoptivo en el cual formó una familia con Yulissa Caballero y procreó a su gran motor, el pequeño Enzo Mencía.

Haber arrodillado en el estadio Nacional al club en el cual se formó, Olimpia, no es suficiente para el veloz atacante: 'Quiero levantar la copa, es mi sueño', reza con fe este personaje, que se describe como 'un tipo traquilo, normal, que se deja querer por la gente'.

Tampoco deja de lado su origen poco ostentoso: 'Vengo de un pueblo muy humilde. Siempre mis padres me inculcaron no perder mis raíces. Llegué a Tegucigalpa por parte del estudio, soy un tipo soñador y gracias a Dios se me está dando'.

'De cada cien futbolistas talvez uno no sufre; pero es en todo, ya sea para conseguir un buen trabajo o jugar. Toca buscar trabajos extras, he hecho de todo; en Santa Cruz me tocó andar vendiendo agua con un directivo (del Municipal), de repartidor de chimbos de gas también', rememora.

Foto: La Prensa

Pedro Pablo Mencía celebrando el gol que le marcó al Olimpia en el Nacional. Foto Ronald Aceituno
Pero Pedro Pablo no pretende vender 'falsa humildad' como pregonan algunos sectores acostumbrados a la soberbia que, a veces sin querer, la profesión trae de la mano cuando todo comienza a salir bien. 'Todo jugador de Liga Nacional sufre cuando quiere lograr algo, comencé en Olimpia en ligas menores, desde FBO (Fuerzas Básicas Olimpia), relata el exJuticalpa, Muncipal de Santa Cruz y Parrillas One.

Wilmer Cruz, estratega ribereño, es, quizás, el padrino que ha tenido el ariete para mostrarse en primera división; de hecho, fue quien lo trajo del onceno parrillero para brindarle la oportunidad de seguir soñando. Ahora mismo, y aunque parezca utópico, siguen aguardando la máxima ilusión que otorga el fútbol nacional, levantar la copa.

Eso sí, el '23' de los de la Perla del Ulúa detalla todo lo que aprendió en su infancia, la cual distó de estar rodeada de grandes lujos pero le sirvió para algo, aprender que en este andar nada es fácil. 'En mi pueblo trabajé en el campo, yendo a tapiscar maíz y cortar maicillo, corretear animales y apartar ganado; también laboré arando las tierras, sembrando y arrancando frijoles. En este país toca hacer de todo para llevarse un bocado a la boca', cuenta.

Con 27 años, Pedro Pablo Mencía aún tiene la capacidad de vivir varios momentos como los que ha vivido con el Honduras Progreso, un onceno de 'vagos' que ha puesto de cabeza a la Liga Nacional y todavía cree que es posible, al menos, darle un 'sustito' al poderoso Motagua en el mítico estadio Nacional.

LO DIJO PEDRO PABLO

'Uno que es de pueblo trabaja la tierra, los frijoles y el maíz; luego pasé a la ciudad, ya en esta se aprenden otras cosas y me enfoqué en el estudio y el fútbol'.

'En el fútbol se pasa muy poco tiempo con la familia, sueño a futuro poder convivir más con ellos y poner una escuela de fútbol.'