Las seis mujeres de Arabia Saudí que debían participar en la ceremonia de inauguración del Mundial de fútbol de Rusia no desfilarán finalmente al haber sido cancelado su viaje.
Todas ellas serán sustituidas por jóvenes rusas, explicó hoy la organización, que achacó la inusitada ausencia de las seis mujeres a 'una mezcla de circunstancias de logística', sin ofrecer otro tipo de detalles.
En Arabia Saudí rige el código wahabi, una interpretación herética y restrictiva del islam suní que viola los derechos humanos, en particular los relativos a las mujeres.
Las saudíes no tienen derecho a conducir, a salir de casa sin la compañía de un varón de su familia o a trabajar, tener un pasaporte y viajar sin la autorización previa y explícita del hombre al que estén a cargo.
En los espacios públicos, ya sea en un estadio de fútbol, un cine o un centro comercial, la escuelas o la universidad están segregadas de los hombres.
Deben ir tapadas de la cabeza a los pies y apenas están en la vida política, ya que tienen un restringido derecho al voto concedido hace escasos años.
Aunque en los últimos meses el nuevo príncipe heredero del reino, Mohamad Salman, ha prometido apertura y reformas, estás no han pasado de meros retoques cosméticos para atemperar las críticas con un país que está considerado uno de los principales depredadores de los derechos humanos.