El técnico alemán Joachim Löw podría consagrarse campeón mundial en Sudáfrica 2010 después de demoler el sueño del argentino Diego Maradona (4-0) en cuartos el sábado, como desempleado, pues su contrato venció el miércoles pasado y su futuro aún está en el aire.
Arquitecto de la renovación de la Mannschaft, Löw se está ganando día a día el crédito de un maestro de la táctica, mucho más después de haber destrozado el planteo del estudioso italiano Fabio Capello con Inglaterra (4-1) en octavos de final.
Aquella prueba contra el ex DT del Real Madrid y la Juventus fue un verdadero espaldarazo, aunque el miércoles en Durban tendrá que demostrar que es capaz de tumbar a la gran favorita España de Vicente del Bosque camino al título de Johannesburgo, el 11 de julio, cuando podría acabar como campeón desempleado. La otra semifinal la disputarán un día antes Uruguay y Holanda, el martes en Ciudad del Cabo.
“Mi equipo mostró una gran resolución, un gran deseo de ganar y no fue sólo una gran victoria, sino una verdadera actuación de campeón”, se animó a decir Löw tras la victoria sobre el equipo de Diego Maradona.
El contrato del entrenador de cincuenta años con la Federación Alemana venció el miércoles, aunque él se niega a hablar del tema: “Ya veremos más adelante”. Franz Beckenbauer, leyenda germana, hace ‘lobby’ para que ‘Jogi’ siga.
Ex ayudante de Jurgen Klinsmann, Löw llegó a la Mannschaft gracias al ex seleccionador germano en el Mundial 2006 y se quedó para seguir su camino, aunque le agregó su filosofía: rejuveneció el equipo con base en sus ideales, conjurando incluso jugadores de distintas clases y orígenes sociales, así como religiosos.
En el fondo, la Mannschaft es un verdadero reflejo de la sociedad alemana, dicen algunos analistas. Pero su éxito llevó un trabajo de años.
Löw ha admitido que se sumergió en sesiones de psicología para superar un vacío que llevaba dentro. Apasionado por el fútbol, como jugador nunca pudo destacar. Apenas representó a Alemania en juveniles Sub-21 y como entrenador había conducido equipos de nivel medio en Austria, Turquía y Alemania.
A mitad de camino, Löw parece haber encontrado la madurez justa, soportando su anonimato internacional, como gran parte de sus chicos que han llevado a la Mannschaft hasta las semifinales de Sudáfrica 2010, aplastando en el camino a dos gigantes como Inglaterra en octavos y Argentina en cuartos.
Frente a los ingleses, Löw apostó a Mesut Özil y Thomas Müller para liquidar con su velocidad a los “pross” de Fabio Capello. Frente a Argentina, ató a Leo Messi, su gran amenaza, mostrando que también había estudiado bien el partido.
Pero antes, Löw tuvo que superar algunos problemas de formación en su aceitada máquina. En octubre de 2008 detuvo una rebelión de las grandes estrellas.
A DESTACAR
La polémica
El atacante Kevin Kuranyi y el capitán Michael Ballack cuestionaron a Löw que, en vez de ceder, se puso más firme. El capitán germano, que no fue a Sudáfrica por lesión, volvió con la cabeza baja y a Kuranyi simplemente le dijo que no iba a “jugar nunca más en la Mannschaft” mientras él mande.
Sus apuestas
La clave del éxito de Löw se ha basado en el excelente estado físico de su plantel, que reduce los huecos entre líneas, y la mezcla perfecta entre hombres experimentados como el capitán Philipp Lahm, Miroslav Klose, Lukas Podolski y Bastian Schweinsteiger para orientar a los más jóvenes como Özil y Müller.