Las calles de la capital se vistieron de los colores que identifican a los dos equipos que disputan la final del fútbol hondureño.
Mientras que el Estadio Nacional parecía un mar de personas dividido entre olimpistas y motagüenses.
Los 90 minutos del partido fueron pocos para que los hinchas gritaran y aplaudieran a su equipo preferido.
Así se vivió en San Pedro Sula
Compañerismo
Los sampedranos disfrutaron el clásico ayer en diferentes restaurantes de la ciudad en compañía de amigos y compañeros de trabajo.

Los aficionados merengues cantaron, gritaron y hasta bailaron las diferentes canciones de su equipo.
Aunque de diferente equipo, los jóvenes llegaron juntos a ver el partido, celebrando por separado los goles de sus equipos favoritos.
Espectáculo
En el restaurante Pecos Bill, de Alberto Chedrany, los aficionados vivieron como en el estadio el partido de la final entre Olimpia y Motagua.
Sentimiento
Parejas uniformadas presenciaron cada minuto del partido demostrando que son varios los sentimientos que los unen.
Apoyo
Llegaron desde temprano al lugar en donde vieron el partido para apoyar a su equipo. Acompañados por sus novias y amigas, no se levantaron durante todo el partido.
Técnicos
Muchos aficionados tomaron el papel de técnico de su equipo favorito, indicándoles a los jugadores, desde el lugar en donde vieron el partido, qué jugadas tenían que hacer.
Aficionados
El nerviosismo se apoderó de los seguidores del León; sólo podían decir “Vamos Olimpia” mientras flameaban la bandera de su equipo.
Familia
El clásico disputado en el Estadio Nacional fue perfecto para que las familias disfrutaran del espectáculo brindado por los jugadores de ambos equipos.

Los hinchas del Ciclón Azul también llegaron a apoyar a su querido Motagua.